Este miércoles 29 de enero chocaron un helicóptero militar, con tres personas a bordo, y un avión comercial Bombardier CRJ700 de American Eagle (filial regional de American Airlines), con 60 pasajeros y cuatro tripulantes.
Se han recuperado la mayoría de los cuerpos de las 67 víctimas mortales aunque los miembros del operativo todavía buscan a 14 desaparecidos, dos de ellos soldados.
Entre las víctimas se encuentran dos ciudadanos chinos y un grupo de patinadores artísticos, sus entrenadores y familiares entre los que viajaban los excampeones del mundo de patinaje artístico rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov.
En la búsqueda en las agua del río Potomac se han hallado las dos cajas negras del avión que resultarán clave para la investigación, iniciada ya por el FBI, para esclarecer cómo ocurrió la colisión.
Falta de controladores aéreos
No obstante, un informe preliminar de la Administración Federal de Aviación (FAA) apunta a que la dotación de personal dedicado al control aéreo "no era normal para la hora del día y el volumen de tráfico" en el momento del accidente.
Como consecuencia, una persona se habría hecho cargo del control aéreo tanto del tráfico de aviones como de helicóptero.
El New York Times realizó un estudio en agosto de 2023 en el que alertaba de que muchos controladores se veían obligados a realizar jornadas de 10 horas.
La investigación hizo que mejorara la situación aunque seguía siendo insuficiente puesto que de las 30 plazas necesarias para el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington, apenas 25 están cubiertas.
Por otro lado, The Washington Post apunta que las advertencias de seguridad y los escenarios de incidentes son habituales en el cielo de la capital estadounidense, ya que el día de antes del accidente "se tuvo que abortar un aterrizaje en el (aeropuerto) nacional (Ronald Reagan) para evitar una colisión con un helicóptero".