Los vecinos de Barcelona están cansados de los robos de los carteristas en el metro.
Se han organizado en grupos y se autodenominan 'Los ángeles del metro': entran en el suburbano y se turnan para detectar y expulsar a quienes se dedican a los hurtos.
Patrullan por los andenes y los vagones y cuando detectan a los ladrones tocan sus silbatos para alertar a los pasajeros y ahuyentar a los cacos.
Uno de cada tres hurtos que se producen en Barcelona tienen lugar en el metro.