Antes de la pandemia del coronavirus la ciudad de Venecia recibía treinta millones de turistas al año y muchos de ellos llegaban a la ciudad en gigantescos cruceros que atracaban casi a los pies del centro histórico. Ahora ya no será posible. Las góndolas ganan a los grandes trasatlánticos. El gobierno italiano ha prohibido la entrada de cruceros a la laguna y busca otras alternativas.
Megabarcos en el casco histórico
Tanto se acercaban a veces los grandes buques que hasta parecían poder tocar la Basílica de San Marcos con los dedos, pero nunca más volveremos a ver a un enorme crucero pasar por delante del casco histórico de Venecia.
Ahora un decreto ley del gobierno italiano prohíbe que los mega cruceros se adentren en el corazón de la ciudad. Los venecianos llevaban 20 años pidiéndolo para tratar de proteger el patrimonio cultural y medioambiental.
Un puerto alternativo
Han conseguido alejarlos pero no desparecerán. La idea es que los cruceros atraquen fuera de la laguna de Venecia, en un puerto exterior y que los turistas sean llevados al centro en ferrys.
La industria de cruceros en Venecia, que genera más de 400 millones de euros al año, no está de acuerdo y proponen seguir llegando a la laguna, pero por una vía alternativa que no implique pasar por el centro histórico.
El alcalde de Venecia también cree que es más fácil adaptar una vía alternativa a construir un nuevo puerto en la zona de El Lido como se propone. Sea cual sea la alternativa, a partir de ahora y cuando el turismo se reactive, está claro que los cruceros no podrán hacer lo que venían haciendo.