El presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Juan Benito Valenciano, ha pedido este jueves que se ponga fin a los más de 460 actos de apoyo a ETA durante su discurso en el Congreso por el homenaje institucional al colectivo. Además, ha recordado a los españoles asesinados en el último año tanto por Hamás el pasado 7 de octubre como por Estado Islámico (Daesh) en Afganistán.
"Las víctimas llevamos años clamando para que, de una vez por todas, se ponga fin a los actos de apoyo a quienes en su día empuñaron las armas y a quienes les dieron cobertura", ha señalado Juan Benito en su primer discurso ante el Congreso como presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo.
Benito ha recordado que en 2023 se registraron 466 actos de apoyo a ETA, según el Observatorio de Radicalización de Covite, una de las asociaciones que se han ausentado del acto en desacuerdo por la presencia de EH Bildu, que ha estado representado por su portavoz, Mertxe Aizpurúa. La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y Dignidad y Justicia (DyJ) tampoco han asistido por los pactos del Gobierno de Pedro Sánchez con esta formación abertzale.
"Nuestro colectivo demanda que, de una vez por todas, se ponga fin a esta humillación a las víctimas del terrorismo; ellas no se lo merecen", ha señalado Juan Benito Valenciano en alusión a esos actos de apoyo a ETA que se siguen celebrando, en mucha ocasión amparados por la izquierda abertzale.
Además, el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo ha agradecido al Congreso que acoja el acto institucional, solicitando que "la protección de las víctimas no caiga en el olvido" porque quedan "reclamaciones históricas" por atender como actualizar 13 años después de su aprobación la Ley 29/2011 de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas del Terrorismo.
"Debemos trabajar para que todas tengan reconocimiento, acceso a las prestaciones y sean tratadas con igualdad porque es esencial su dignidad, base de todos los derechos", ha dicho, subrayando que la legislación española hacia el colectivo es "muy avanzada" pero tiene que ser "perfeccionada", por ejemplo para acceder a ayudas en el caso de que no haya resolución judicial condenatoria.
Entre los asistentes al acto, además de los portavoces de los grupos parlamentarios, figuraban el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y los ministros Fernando Grande-Marlaska y Óscar Puente, entro otros, así como la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que ha pronunciado un discurso como anfitriona.
En cambio, la AVT ya adelantó este lunes, por quinto año consecutivo, su ausencia al homenaje en rechazo a los acuerdos del Gobierno de Pedro Sánchez con Bildu, a los que consideran los "representantes de ETA en las instituciones".
Covite tampoco ha acudido este año, como viene siendo habitual desde que se realizan estos homenajes, por la presencia de Bildu, ya que consideran "cínico" que el homenaje venga de una institución en la que tienen representación "varios partidos políticos que legitiman la existencia de ETA y no condenan su violencia terrorista".
En la misma línea se pronunció la semana pasada la asociación DyJ, ya que consideran que en este homenaje "no puede haber más hipocresía que la de presumir de apoyar a las víctimas mientras las traicionas por debajo", en referencia a los pactos del PSOE con la formación vasca.
Al 'plante' de estas asociaciones, como ha sucedido en años anteriores, se ha sumado también Vox, aunque sus representantes sí que se acercarán a los alrededores del Congreso, pero sin entrar al homenaje del Parlamento, para mostrar su rechazo a participar en este acto en el que participa "el Gobierno con los herederos de ETA". El propio Santiago Abascal, en ocasiones anteriores, tildó este evento de "mascarada de políticos sin escrúpulos".
Este acto se viene celebrando desde que hace catorce años lo impulsara el entonces presidente del Congreso, José Bono, que lo estableció coincidiendo con el Día de las Víctimas del Terrorismo acordado a iniciativa de las asociaciones. En esa fecha de 1960, una niña de 22 meses murió calcinada en un coche como consecuencia de un artefacto explosivo que el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) colocó en la estación de autobuses de San Sebastián.