Las mentiras de Bernardo Montoya en el crimen de Laura Luelmo
Redacción
Bernardo Montoya mintió en la confesión del crimen de Laura Luelmo. La retuvo en su casa y la violó. Algo que había negado. La investigación continúa.
La Guardia Civil ha encontrado una manta con manchas de sangre y algunos enseres de la joven profesora cerca del lugar en el que encontraron su cuerpo.
Los agentes tenían claro que entre lo declarado y lo ocurrido había un gran trecho. Y así se ha ido confirmando con cada nuevo avance de la investigación.
Limpió la casa con lejía
Montoya limpió con lejía su casa, pero, aun así, la Policía Científica ha hallado abundantes restos de sangre. En la vivienda y en su ropa. Los restos de ADN determinarán ahora si pertenecen o no a Laura, como todo parece indicar.
La secuencia de lo ocurrido en la tarde del miércoles se va poco a poco dibujando. Bernardo Montoya se encaprichó de Laura Luelmo, según ha declarado.
Los investigadores creen, a tenor de las pruebas, que el expresidiario de 50 años retuvo a Laura en su casa durante varias horas, en las que la agredió sexualmente y le propinó una brutal paliza. Consecuencia de la cual, Laura falleció. La causa: un fuerte golpe en la frente, pero su cuerpo tiene muchos más.
Envuelta en una manta
Tras la agresión, los resultados definitivos de la autopsia determinarán si aún con vida o no, Bernardo introdujo a Laura en el maletero de su coche, envuelta en una manta y condujo hasta el paraje de Las Mimbreras.
Tras ver cómo las pruebas obtenidas por la Guardia Civil, tiran por tierra su versión, Montoya parece haber cambiado de estrategia aportando datos a los investigadores. Colaboración que, sin duda sabe, puede beneficiarle en el juicio.
Ha señalado el lugar concreto en el que tiró la manta con la que envolvió a Laura y ha dicho también que se deshizo de una bolsa en el cementerio de El Campillo. En ella están las llaves de la casa y del coche de Laura, su monedero y algún objeto de higiene personal.