Las escuelas de baile temen perder el ritmo. No pueden recuperar las clases perdidas y no hay ninguna normativa sobre su actividad. Tampoco ayuda que en las discotecas esté prohibido bailar.
Estas escuelas se han adaptado como han podido a la crisis del coronavirus, potenciando el trabajo individual. Pero bailar con distancia, para ellos, no es bailar.
Visitamos por ejemplo una escuela ha perdido a nueve de cada diez alumnos.
La base de su problema en esta 'nueva normalidad' es su clasificación administrativa: educación no reglada, como una academia de idiomas, que no contempla el trabajo en pareja.
Hay 2.000 academias de baile en España, con unos 10.000 trabajadores que se sienten desamparados, abandonados, en tierra de nadie.
Antes de la crisis del coronavirus había en estas escuelas un millón de alumnos en España. Algunas de estas escuelas ya han decidido cerrar.