Las esculturas del norteamericano Westermann están a medio camino entre el trabajo de un ebanista virtuoso de la madera y un artista del pop art. Todo es juego e ironía en este autor que coquetea inteligentemente con el absurdo. El Reina Sofía ofrece una completísima retrospectiva con 130 obras realizadas entre 1954 y 1981, la mayoría de madera, que tiene el sugerente título de "Volver a casa".
Huyó de corrientes como el minimalismo o el 'pop art' por fidelidad a sus criterios para criticar la sociedad norteamericana. Son los años del cine de ciencia ficción, la obsesión con una posible guerra nuclear de la Guerra Fría y el consumismo.
Y lo hay en toda su obra porque Westermann fue marine en un portaaviones en la Segunda Guerra Mundial Sus 'Barcos de la Muerte' siempre presagian un destino fatal y hasta se esconden en su propia caja, como si fuera un ataúd.