La instalación de los semáforos en la A-5 son polémicos porque afectarán cada día a los 125.000 vehículos que circulan por esa vía y que generan ruidos para los vecinos, sobre todo en Batán. Una medida que transforma la entrada a Madrid y que ha sido acogida con entusiasmo por algunos vecinos de los barrios aledaños y ciertas dudas por otros. Las criticas de la oposición al Gobierno municipal de Manuela Carmena, eso sí han sido duras.
Uno de los semáforos se ha colocado en la Avenida de los Poblados. Los otros dos, en el Paseo de Extremadura. En las zonas de aproximación a los semáforos la velocidad se reduce a 50 por hora.
Afecta a los conductores madrileños, pero también a quienes entran a la capital procedentes de municipios como Móstoles, Alcorcón, Navalcarnero, Leganés o Fuenlabrada.
Además, junto al radar de tramo que funciona desde el pasado día 15 también se han abierto dos nuevos accesos a la autovía, en la calle Carabias y en la avenida de los Poblados, donde esta mañana se han reunido una decena de vecinos para ver cómo se encendía uno de los semáforos, ubicado en este punto, y cómo pasaban los primeros vehículos por la nueva incorporación.
"Ojalá salga bien", comentaba a Efe Antonio, residente de la avenida Padre Piquer, que si bien se manifiesta partidario de la transformación del paseo de Extremadura teme que el Ayuntamiento haya empezado "la casa por el tejado".
Lorenzo, otro vecino de Campamento, considera que la medida "se va a notar mucho" y para bien, porque espera que aumente el uso del transporte público y se reduzca el del vehículo privado, aunque indica que "los inicios siempre son malos".
Otros viandantes consultados por Efe han descrito como "un parche" la instalación de los semáforos y habrían preferido otras actuaciones en la zona, como usar los cuarteles abandonados de Campamento como aparcamientos disuasorios y, sobre todo, soterrar la autovía.
Además, el movimiento vecinal Campamento Sí ha emitido un comunicado en el que agradece "la voluntad y valentía del Ayuntamiento a la hora de hacer cumplir sus compromisos con los barrios afectados”, pero pide "prudencia" al valorar el impacto de la transformación del paseo de Extremadura en una vía urbana.
En los pasillos del Palacio de Cibeles, el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, ha asegurado que los semáforos de la A-5 serán una medida "positiva" para reducir la contaminación y ha subrayado la necesidad de "eliminar autopistas urbanas", porque es una "anomalía" que delante de casas o colegios "pasen coches a 70 o 90 kilómetros por hora".
Sin embargo, para el portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida, se está "empleando una fórmula ya caduca" que "no va a dar resultados", sino que generará "más dificultades a las personas que quieran acceder" a la capital y "más molestias a los vecinos", y ha recordado que el PP soterró la M-30 cuando la izquierda proponía semáforos y también estudian hacerlo en la A-5.
Desde la misma A-5 ha abogado por esta tesis la candidata del PP a la presidencia de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, que ha ido esta mañana a la autovía acompañada por alcaldes y portavoces 'populares' en municipios del suroeste madrileño y ha aseverado que los semáforos sólo servirán para "molestar" y "nombrar 'non gratos' a todos los vecinos del sur de Madrid".
La portavoz municipal de Ciudadanos, Begoña Villacís, ha vaticinado que la medida será un "desastre" y ha apostado por soterrar la A-5 a su entrada en Madrid. "Los vecinos no necesitan semáforos, no necesitan más atasco, no necesitan más contaminación", ha dicho.
Por último, la portavoz socialista, Purificación Causapié, ha acusado al Gobierno de Carmena de menoscabar su proyecto para la A-5, y ha apuntado que la salud y el bienestar de los vecinos del Paseo de Extremadura y el hecho de que muchos ciudadanos entren en la capital por la A-5 son "intereses que se pueden conciliar" si hay un "diálogo", que Ahora Madrid no ha mantenido.