Chernóbil, Medellín, Alaska... Aunque no lo crean, se trata de destinos turísticos en auge que cuentan, cada vez, con más adeptos. Detrás del atractivo de estos lugares, que sin precauciones y preparación pueden resultar peligrosos, está el éxito de series de televisión y de películas que los han puesto de moda.
Cientos de turistas aventureros cruzan el río teklanika en Alaska para llegar al icónico autobús de la película ‘hacia rutas salvajes’. En ese mismo lugar hace unos días una mujer de luna de miel falleció ahogada. No es la primera y las autoridades de la zona cuenta por decenas los rescates.
Riesgo, moda o morbo, pero no es el único lugar del mundo relacionado con la muerte o la tragedia elegido por muchos para pasar las vacaciones, el tanoturismo o turismo oscuro se multiplica si existe una película o una serie, como es el caso de Chernobyl.
Prypiat, la ciudad donde estaba la central nuclear se abrió a los turistas en 2011, y tras la famosa serie las visitas han aumentado un 48%, con lo que se esperan más de 100.000 visitantes este año.
Lo mismo pasa con Medellín y las narco rutas, Pablo Escobar murió hace 26 años pero el cine y la televisión han vuelto a colocar al narco en los escenarios de su vida, en rodajes de primera fila, a cuyos lugares emigran miles de personas a hacerse fotos.
Entre los preferidos los recorridos por la Escocia de Outlander, y el clásico Alcatraz, pero se suman Ruanda, Fukushima o la cueva tailandesa donde los 12 niños permanecieron encerrados.