El sistema de eyección de la nave espacial rusa Soyuz, que permitió este jueves salvar la vida de sus tripulantes, funcionó hoy por segunda vez en su historia, después de que se activara con éxito en 1983, en tiempos de la URSS.
Según informaron hoy las autoridades rusas, la cápsula de la Soyuz MS-10 con sus dos astronautas a bordo -el ruso Alexéi Ovchinin y el estadounidense Nick Hague- se separó del resto del cohete "123 segundos después" del lanzamiento.
Sanos y salvos
Debido a que el sistema de salvamento en caso de avería (SAS, por sus siglas en ruso) funcionó a su debido momento, la cápsula aterrizó exitosamente en la estepa kazaja y los astronautas se encuentran sanos y salvos.
Algo similar tuvo lugar el 26 de septiembre de 1983, cuando fue lanzada la Soyuz T-10a con destino a la estación espacial Saliut 7.
En ese caso, el fallo tuvo lugar durante la cuenta atrás para el despegue, maniobra en la que el cohete portador explotó en la misma plataforma de lanzamiento.
Por suerte para sus dos tripulantes -Vladímir Titov y Guennadi Strekalov-, la cápsula fue eyectada varios segundos antes de que tuviera lugar la explosión.
La cápsula aterrizó a cuatro kilómetros del cosmódromo, lo que a la postre salvó la vida de sus tripulantes.
La Soyuz MS-10 se vio obligada hoy a regresar a la Tierra poco después de despegar desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, tras detectarse un fallo en uno de sus propulsores.
El carguero ruso Progress, el encargado de llevar alimentos y oxígeno a la Estación Espacial Internacional, sufrió en 2011 su primer accidente tras casi 35 años de servicio, también por un fallo en el cohete portador.
El director de la agencia espacial rusa, Roscomos, Dmitri Rogozin, reconoció en su momento que la crisis económica había obligado al Gobierno a introducir recortes, en particular con respecto a los cohetes portadores, uno de los terrenos en los que Rusia ha sufrido mayores reveses en los últimos años.