El torero Manuel Escribano, herido de gravedad en la corrida de ayer en la madrileña plaza de Las Ventas, evoluciona "bien" de la grave cornada sufrida, ha señalado a Efe el doctor Máximo García Padrós.
Escribano sufrió una fortísima cornada de 25 centímetros que le atravesó el muslo izquierdo y que provocó importantes destrozos musculares además de contusionar la vena femoral y colaterales.
Se encuentra ingresado en una habitación de planta de la madrileña clínica de La Fraternidad y "de momento es muy pronto, pero los drenajes han funcionado bien. Ha pasado la noche con los dolores lógicos y sin fiebre".
"El tratamiento de antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios está dando su resultado, y ahora hay que esperar a regular algunos desbarajustes en la analítica debido la fuerte hemorragia que sufrió", manifiesta el doctor Padrós.
El cirujano jefe de la plaza de toros de Las Ventas asegura que la cornada era "muy fuerte", y que en la enfermería de la plaza se trabajó a contrarreloj para estabilizarle en un primer momento y cortar la profusa hemorragia con la que entró por la cantidad de venas colaterales dañadas en el percance.
En ese sentido, fue crucial la magnífica respuesta del subalterno Hazem Al-Masri, conocido como "El Sirio", que desde que recogió a Escribano en el albero fue taponando el boquete con sus propias manos para evitar que perdiera todavía más sangre.
Sobre Román, el otro diestro herido en la tarde de ayer, Padrós ha señalado que ha sido atendido del "puntazo" de cinco centímetros que sufrió en su primer toro y de un "fuerte varetazo" en el muslo que padeció al entrar a matar al quinto.
Román se consolida y Roca Rey calla bocas
La de ayer en Las Ventas resultó una corrida accidentada.
El valenciano Román cortó una oreja de peso en la corrida de Adolfo Martín con la que concluía el homenaje al encaste "albaserrada" por San Isidro, una tarde en la que hubo tres cárdenos de nota alta, y en la que Roca Rey rozó el triunfo, mientras que Manuel Escribano cayó herido grave.