El director general de Emergencias de la Comunidad de Madrid, Pedro Antonio Ruiz Escobar, ha informado que se ha preparado el dispositivo de búsqueda en superficie, que complementará al de actividades subacuáticas, en el Embalse de San Juan, en el caso de que el cuerpo de la menor desaparecida el pasado martes emergiera.
Según ha explicado Ruiz Escobar en declaraciones difundidas a los medios, la posibilidad de encontrar el cuerpo en la superficie todavía es "difícil" porque suele ser a partir de las 60 horas de la desaparición, pero ha aclarado que tiene que "estar preparado con antelación porque en el caso de subir a la superficie podría volver a sumergirse y complicar la operación".
A partir de las nueve de la noche se suspenderá la búsqueda subacuática, pero la unidad de drones y el personal que está peinando la zona en la que han aparecido los cuerpos en otras desgracias similares.
El director general de Emergencias ha indicado un aumento en el dispositivo con puntos fijos de vigilancia, con personas con prismáticos, drones y en las zonas transitables habrá personas para rotar durante media hora para que "no se vuelva monótono el rastreo y tengan la concentración que se requiere para la búsqueda".
Durante el día, según ha dicho, el dispositivo está formado por unas 50 personas, que desciende por la noche al no poder realizar las actividades subacuáticas de los GEAS y mañana y el fin de semana esperan que el número aumente.
Para el fin de semana se está valorando la posibilidad de restringir el acceso a algunas zonas de la Playa Virgen de la Nueva, la única zona en la que está permitido el baño en toda la región, para que no se entorpezcan las labores de búsqueda.
En cuanto a la familia de la menor, Ruiz Escobar ha contado que están teniendo un “comportamiento que llama la atención” por su tranquilidad y coherencia y ha añadido que incluso reconocen lo ocurrido y llegan a asimilar la desgracia.
Este “comportamiento ejemplar” de la familia, según ha explicado, da “mucha tranquilidad” en las tareas de búsqueda porque la falta de nervios no suele ayudar a los equipos y les podría “llegar a presionar”, ha aclarado.