Los niños de una pequeña aldea de Vietnam hacen lo imposible por no perderse su clases. En época seca consiguen sortear la corriente del río Nam Chim improvisando puentes de bambú. Pero cuando llegan las lluvias el puente ya no es un "vehículo" seguro.
Para acceder a la otra orilla secos, meten a los menores en una gran bolsa de plástico y son los mayores, más fuertes, quienes cruzan el río con ellos hasta el otro lado del río.
Las autoridades locales han advertido del riesgo que supone atravesar la corriente con los pequeños metidos en esas bolsas de plástico.
Eso sí, una vez atravesado el mayor obstáculo aún queda otro hasta llegar a la escuela. Caminata de 15 kilómetros por rutas resbalzadizas del bosque. El esfuerzo es tal que los estudiantes se quedan cinco días en el colegio y sólo regresan a casa el fin de semana.
Construir un puente fijo y robusto costaría cerca de 300.000 dólares y por el momento no hay planes de levantarlo.