"No estáis todos", "valientes", "viva la Policía Nacional". Así han sido recibidos en Madrid, A Coruña y Valencia los agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) a su regreso de Barcelona, donde se han enfrentado a los violentos disturbios registrados tras la sentencia del "procés".
Alrededor de doscientas personas, entre ellas familiares y representantes sindicales, han recibido con banderas españolas en una tarde lluviosa a tres grupos de las unidades antidisturbios en el complejo policial de Moratalaz, en Madrid.
Con retraso sobre el horario previsto, una veintena de furgonetas de estos grupos han llegado al complejo con las puertas laterales abiertas para saludar a los concentrados, entre ellos la expresidenta del PP catalán Alicia Sánchez Camacho.
Algunos de los policías no han dudado en saltar de las furgonetas en marcha para coger a sus hijos, que estaban esperándoles con sus madres en las puertas del recinto.
En A Coruña, un grupo de treinta agentes ha sido recibidos también al grito de "valientes" en la comisaría de Lonzas, donde les esperaba un centenar de personas.
Descansarán durante una semana antes de volver a Cataluña para dar el relevo al resto de compañeros que continúan en esa comunidad autónoma.
En total hay 170 agentes de la Policía Nacional de Galicia en Cataluña, tres grupos pertenecientes a A Coruña y dos a Vigo, ha apuntado la secretaria provincial del Sindicato Unificado de Policía, Sandra Castro. "Nunca jamás habían visto semejante brutalidad contra ellos, ni el 15M, ni en la operación Copérnico en el 2017, ni con minería, ni con astilleros", ha asegurado Castro para resumir "agresiones, pedradas e intentos de herirlos".
De Vigo es el agente herido de gravedad en los disturbios, con un traumatismo craneoencefálico, ingresado en el Hospital Sant Pau de Barcelona.También entre aplausos han sido recibidas las UIP de la Policía Nacional a su regreso al complejo de Zapadores de Valencia.Bajo la lluvia, como se aprecia en un vídeo difundido por el Sindicato Unificado de Policía, les aguardaban decenas de familiares, amigos y compañeros del cuerpo