Cerca de 10.000 hectáreas arrasadas en Sierra Bermeja (Málaga), muchas de ellas de gran valor natural. 1.000 efectivos luchando día y noche contra las llamas. Cientos de personas desalojadas de sus casas y otras tantas confinadas en sus domicilios para evitar la "lluvia de fuego".
Maquinaria destruida por el fuego al ser abandona por el avance de las llamas. Medio centenar de aeronaves y el doble de vehículos terrestres. Y además una vida humana perdida. Uno de los bomberos forestales que han peleado contra la devastación del fuego.
Un incendio como nunca se había visto en un paraje que, poco antes de declararse el gran siniestro, se reivindicaba como futuro Parque Nacional. El incendio está controlado pero no extinguido. Eso llevará varias semanas más, advierten los coordinadores de dispositivo.
Cerca de 200 efectivos permanecen controlando los puntos calientes que pueden reavivar los rescoldos y activar un nuevo foco. Los habitantes de las poblaciones malagueñas afectadas han comenzado a regresar a sus casas y otros acuden a sus propiedades para evaluar los daños y reclamar las compensaciones.
La lluvia de las últimas horas ha ayudado a combatir el fuego, aunque no lo ha apagado como ya aventuraban los bomberos y técnicos forestales este lunes. El Seprona de la Guardia Civil prosigue las investigaciones de lo que parece un acto criminal además de un posible delito medioambiental. El presidente de la Junta andaluza ha pedido un endurecimiento de las penas para este tipo de acciones.
Al final se ha conseguido salvar la joya de Sierra Bermeja, el pinsapar. Único de este tipo en el mundo. Un milagro, según uno de los miembros de los equipos de extinción forestal.