Parece una misión complicada el hecho de alquilar una vivienda, sobre todo para un inmigrante. Lo revela un estudio encargado por el gobierno.
Las inmobiliarias dicen que no es una cuestión racista, sino de ingresos económicos.
Las inmobiliarias piden contrato indefinido a tres de cada 20 españoles frente a seis en el caso de extranjeros.
Actitudes racistas, según el estudio realizado por Provivienda. Cuestión de solvencia, según las inmobiliarias.
El estudio se realizó en Granada, Alicante, Barcelona y Madrid. Concluye que a mismo nivel de renta y trabajo a los inmigrantes se les presupone mayor vulnerabilidad.
“Estigmatización económica y cultural”
El resto, en su mayoría, les exigen mucho más requisitos que a los españoles.
“El contrato fijo, dos meses de fianza y tres nóminas” aseguran.
“Quieren nóminas que superen los 2.000 euros” denuncian.
Cuestión económica
El estudio que recabó información en 200 inmobiliarias y en demandantes de vivienda españoles y extranjeros detecta actitudes racistas en el mercado del alquiler.
“Hay una estigmatización económica y cultural” recalcan.
Las inmobiliarias afirman que su labor responde a los requisitos que les exigen los propietarios que quieren alquilar sus viviendas.
“Son las condiciones que se ponen y es una cuestión de capacidad económica, no es xenófoba” puntualizan.
Para evitar la discriminación, el estudio aboga por mas información al inmigrante, código de buenas prácticas para las inmobiliarias y una ley de igualdad de trato.