No sólo ensalzan sus acciones contra otras bandas cantando. Captan a nuevos miembros, en su mayoría de familias desestructuradas. Jóvenes, algunos son menores que ven en la banda una familia que les hace caso. Allí se sienten importantes. Pero para pertenecer hay que pasar los ritos de iniciación. Ritos brutales, donde no hay nada estipulado. Cada banda y cada jefe de zona de banda, se inventa las pruebas...
Hace unas semanas aparecían en una zona de Usera, en la que varías cabezas de gallos de pelea decapitados. La Policía Municipal lo investiga como un posible nuevo rito de iniciación. De hecho, entre los puntos claves de los Trinitarios, está que "cada trinitario tiene que buscar a más soldados, y juramentarlos para que la familia crezca, sea más grande y más fuerte".
Se les recluta en centros de enseñanza o sus proximidades. También en lugares de ocio. Los recién llegados venden droga para pagarse la cuota.
Según cálculos de la Policía Nacional, en Madrid hay al menos 400 miembros de estas bandas juveniles latinas. Otras fuentes lo cifran en unos 2.500.