EEUU, Israel y la organización terrorista Hamás trabajan en un acuerdo que permitirá la liberación de los rehenes a cambio de un alto el fuego. Mientras, se celebran los funerales por las víctimas de los ataques sufridos ayer en varios puntos de la Franja.
Ninguna de las partes niega que el acuerdo exista, pero tanto el presidente de EEUU, Joe Biden, como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguran que el pacto no está cerrado.
El acuerdo implicaría la suspensión de las hostilidades durante cinco días para permitir la salida de las personas retenidas por Hamás en grupos de cincuenta.
De momento, 351 pacientes de cáncer ingresados en hospitales gazatíes saldrán hoy de la Franja por el paso de Rafah para ser traslados a Turquía, donde recibirán tratamiento.
Hoy se han celebrado los funerales por el más de un centenar de muertos en varios ataques ayer de la aviación israelí. 80 personas murieron en el campo de refugiados de Yabila, en el norte, bombardeado en dos ocasiones. Uno de los ataques alcanzó una escuela de la ONU, que albergaba a más de 4.000 desplazados, muchos de ellos niños.
Además, al menos 32 palestinos han muerto en otros dos ataques sobre el sur del enclave. Durante la pasada noche, Israel ha atacado numerosos objetivos de Hamás, en un intento por consolidar su control en el norte de Gaza antes de avanzar hacia el sur.
Los desplazados al sur del enclave luchan desesperados por su supervivencia. Carecen de electricidad, agua corriente y productos básicos. La falta de combustible les lleva a recurrir a la quema de leña como única opción. “Nos vemos obligados a comprar leña, dice Visán Matar, cocinar con leña, hornear el pan con fuego de leña. Toda nuestra vida depende de la leña”.