Se cumplen 86 días desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamas y a punto de empezar el nuevo año, ya son más de 21.000 los fallecidos. Una escalada que promete extenderse durante viarios meses del año siguiente, mientras la crisis humanitaria en la Franja de Gaza se agrava cada vez más.
Las tropas israelíes continuaban este domingo su ofensiva por aire, tierra y mar sobre todo el largo del enclave palestino: en el norte, afianzaban su control, mientras en el sur, donde se cree que se esconde Yahya Sinwar, el líder de Hamás en la Franja, incrementaban los ataques.
Mientras en Tel Aviv la población se divide. Por un lado cientos de personas asistían a una manifestación, la mayor celebrada hasta el momento, para pedir el fin de la guerra y la convocatoria inmediata de elecciones.
Poco antes, en otra parte de la ciudad decenas de israelíes se unían en una concentración en la que tomaban la palabra algunos de los rehenes liberados por Hamas y mostraban su apoyo a Benjamin Netanyahu.
El primer ministro israelí se ha desplomado en las encuestas. Pero no está dispuesto a dar un paso atrás. A punto de entrar en el nuevo año, ha asegurado que la guerra durará meses y que seguirán con su bombardeo implacable para derrotar a Hamás.
Tan sólo en las últimas horas 165 palestinos han muerto según el Ministerio de Sanidad de la Franja. Aseguran también que 5.300 heridos muy graves deben ser evacuados al extranjero.
Más de 21.000 fallecidos en Gaza deja esta guerra el último día de 2023. En el norte, Israel parece ya afianzar posiciones. Hoy el ejército publicaba imágenes de lo que aseguran es una infraestructura terrorista en una guardería.
En el centro, el campo de refugiados de Nuseirat ha sido bombardeado. En el de Rafah, en el sur, los más pequeños, tienen que mendigar por un plato de comida.