Primero fueron más de 200 presos políticos desterrados a Estados Unidos. Ahora, el Gobierno de Nicaragua ha añadido a casi otro centenar más, a quienes despoja de su nacionalidad. Entre ellos, el Premio Cervantes de Literatura, Sergio Ramírez. Algunos, ya han aceptado la nacionalidad española.
Exilio, destierro, cárcel y ahora privación de nacionalidad y confiscación de sus bienes. Es la última vuelta de tuerca del régimen de Daniel ortega contra todo tipo de oposición política, intelectual o religiosa.
Hace dos días el presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua confirmaba la retirada de la nacionalidad nicaragüense a 94 personas, además de confiscar cualquier tipo de bienes que tuvieran en el país.
Entre las los 94 afectados figuran el premio Cervantes de Literatura Sergio Ramírez o la escritora Gioconda Belli, residente en Madrid.
Ambos se suman a una larga lista de nuevos apátridas que incluye a los más de 200 presos políticos deportadas la semana pasada, y a los que España ha ofrecido la nacionalidad.
A quienes no han aceptado abandonar el país, como el obispo Rolando Alvarez, la justicia nicaragüense los ha condenado a 26 años de prisión. La prensa oficial habla de Sergio Ramírez y del resto de condenados como mercenarios imperialistas. El escritor ha respondido en redes sociales que Nicaragua es todo lo que soy.