Ningún miembro del Gobierno catalán asistirá este lunes a la inauguración de la feria Gastech, que presidirá Felipe VI en su sexta visita a Cataluña desde los acontecimientos que siguieron a la jornada del 1-O.
Aunque en un principio la consellera de Empresa, Àngels Chacón, figuraba en la relación de asistentes a esta inauguración, finalmente la Generalitat estará representada por el director general de Energía, Pere Palac.
La visita de Felipe VI se produce menos de una semana después de la Diada y dos semanas antes del primer aniversario de la votación inconstitucional del 1-O sobre la independencia, tras la que el Rey se dirigió a los españoles en su ya histórico mensaje televisado sobre Cataluña.
En señal de rechazo a aquel mensaje, ningún representante de las instituciones políticas catalanas quiso recibir al Rey a su llegada al Palau de la Música de Barcelona cuando acudió a la capital catalana, el pasado febrero, para presidir la cena de bienvenida a los participantes en el Mobile World Congress (MWC).
No obstante, al día siguiente, representantes de la Generalitat y la alcaldía de Barcelona aparcaron por un día sus diferencias con Felipe VI para escenificar el apoyo común al MWC durante la inauguración de esta importante feria internacional.
El monarca volvió en abril a Barcelona para presidir la entrega de despachos a la nueva promoción de jueces, un acto celebrado en el Auditori de la capital catalana donde estuvo acompañado por el presidente del Tribunal Supremo y el CGPJ, el ministro de Justicia y el fiscal general del Estado y al que asistió el juez Pablo Llarena.
Ya en junio, acudió a Tarragona para la inauguración de los XVIII Juegos Mediterráneos, donde coincidió por vez primera con el actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien anunció que el Govern no volvería a invitar al Rey ni asistiría a actos organizados "por la monarquía".
El Ejecutivo de Torra extendió este plante a la entrega de los Premios de la Fundación Princesa de Girona (FPdGi) convocados para finales de aquel mes, bajo la presidencia de Felipe VI y la Reina Letizia, una ceremonia que además tuvo que cambiar de sede por el veto al Rey del Ayuntamiento de la capital gerundense.