Rugby contra la exclusión social Desde hace cuatro años, la Comunidad de Madrid y la Fundación Rugby Cisneros colaboran para la integración de menores tutelados que viven en residencias. “La integración a través del deporte, que ese espíritu de superación, y de generosidad y de participación lo lleven desde el deporte a todos los momentos de su vida”, dice la Silvia Valmaña, directora general de Familia de la Comunidad.
Los interesados, de todas las edades, entrenan como uno más durante seis semanas. Si demuestran aptitud y compromiso, reciben una beca para jugar en el equipo.
“La fundación corre con los gastos de la ficha y con los gastos que ocasiona tener que jugar al rugby y también les regalamos la equipación del club”, comenta Alfonso Flores Losada, vicepresidente de la Fundación Rugby Cisneros.
A lo largo de las últimas cuatro temporadas, diez menores de siete centros diferentes se han integrado en este proyecto educativo. En este curso, participan cinco los jóvenes.
Jaime Marín Adriozola, coordinador de la escuela, comenta que a los muchachos “les ha dado una perspectiva distinta, conocer familias distintas, realidades distintas, situaciones”. Un deporte que inculca en los chavales valores como el respeto, la responsabilidad y el compromiso.
Algo que reafirma, Carmen Pareja, su entrebadora. “Lo que más sienten es la amistad que hacen en el rugby, el rugby tiene mucho elementos de apoyo, de ayudar al amigo, al contrario, a todos”, comenta.
La Comunidad de Madrid tutela a unos 3.700 menores, de los que unos 1.500 residen en el centenar de centros de protección que integran la red.