El Gobierno británico acusa a Rusia de promover a un político títere, dicen, que atienda a los intereses de Moscú. El Ministerio de Exteriores ruso lo tacha de "provocación".
Rusia niega tajantemente lo que denuncia la ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss: que tenga la intención de intentar restaurar un régimen afín en Ucrania, promoviendo a un dirigente títere para que opte a la presidencia. Mientras, Estados Unidos sigue enviando ayuda militar a Ucrania.
La ministra Truss ha difundido la acusación en un comunicado oficial y por las redes sociales. “Rusia, dice, debe poner fin a sus campañas de agresión y desinformación y asumir la vía de la diplomacia”. Incluso ha señalado a este hombre, Yevhen Murayev, exdiputado del parlamento ucraniano.
Rusia se ha apresurado a negar la acusación. En un comunicado, el ministerio de Exteriores insta a Reino Unido a que cese en sus provocaciones y deje de difundir disparates.
E viceprimer ministro británico Dominic Rabb por su parte ha reiterado la acusación y advertido a Rusia de las graves sanciones económicas a las que se enfrenta si instala un régimen títere en Ucrania.
En Whashington, el presidente Biden se ha reunido en las últimas horas con su equipo de seguridad, vía telemática para coordinar la entrega de ayuda militar a Ucrania que ya se acumula en la base de la fuerza aérea de Dover. Hace unos días, el secretario de Estado Blinken prometió esa ayuda militar asegurando que llegaran abundantes suministros en los próximos días.