Es de lógica: si nos gusta un color... ¿por qué no utilizarlo para decorar la casa? Es lo que pensó Beatriz al instalarse en la casa 'de la infancia' del que durante su adolescencia fue un gran amigo y al que más tarde le unió el destino.
Podría ser el argumento de una película romántica, pero es la vida real. Y así, Beatriz, muchos años después de ser 'amiga', pasó a ser 'mujer de su amigo', y ambos unieron sus dos familias con hijos.
Objetivo: pintar todo de azul
Lo que más llama la atención de esta vivienda del Barrio de Almagro es el color... Paredes, puertas y hasta colchas y detalles, tienen el mismo tono azulado.
El salón está presidido por una fabulosa biblioteca repleta de auténticas joyas. Algunos libros tienen más de 200 años y pertenecieron al padre de su actual marido.
Todas las maderas nobles del piso fueron barnizadas en mate durante la reforma de la casa. Solo la entrada y el salón tienen 100 metros cuadrados. La casa entera, unos 260.
Los detalles pasan a ser esenciales en esta vivienda: la base de una mesa con forma de árbol, los picaportes de la puerta con forma de animales... Todo tiene un toque especial y es precisamente lo que atrapa.
La casa también tiene una terraza interior poblada de enormes plantas. Como es acristalada, crecen como si estuvieran en un invernadero. Es el rincón 'de descanso' de la familia.