A la décimo séptima se abrió la puerta grande. Y se abrió por partida doble.
Se reconoció con una fuerte ovación tras el paseíllo el gesto de Talavante de sustituir a Paco Ureña. El extremeño no volvió la cara a la propuesta y tuvo su recompensa.
El segundo de Talavante fue un cuvillo noble que respondió a los doblados de inicio. Los derechazos y los naturales complementados con remates y adornos, Improvisados los más con ese duende que tiene Talavante en la cara del toro convencen a un repetable que pide las dos orejas. Una indiscutible, la segunda se me antoja que excesiva pues faltó toreo de capa. El Usía, dadivoso, no lo valoró así.
En el quinto volvería a probar fortuna entre la lluvia que para entonces ya había dejado charcos en el ruedo. Se gusta con la diestra y falla, solo lo consigue a la tercera, con la espada. Ovación con saludos.
López Simón precisaba de un triunfo y de reencontrase consigo mismo en su plaza de las Ventas.
Se mide el de Barajas con el sobrero de Mayalde que manejable exige de su entrega.
Se da el madrileño sobre todo con la diestra, Cobra una voltereta, no le importa y sigue por la senda de la épica. Una entera y se lleva una oreja. Pasa a la enfermería y retorna al ruedo en busca de la gloria que le habría de llegar en el sexto, Otro buen cuvillo, al que mece con la muleta por el derecho.
Otra estocada y otra oreja que le reconfortan del calvario y le alzan en volandas junto a un Talavante que tiene claro para quien es su triunfo.
Y para esta tarde la tercera novillada del ciclo nos anuncia los novillos de Fuente Ymbro para una terna compuesta por marcos, Alejandro Gardel y Francisco de Manuel.