Que todos los toros tienen su lidia es un axioma convertido en frase popular. Los de Dolores Aguirre lidiados en la décimo novena de San Isidro se caracterizaron por su mansedumbre, pero tuvieron su lidia.
Lidia que se ejerció en el primero por parte de Rubén Pinar, quien muy puesta la muleta, aguantó los hachazos que le lanzaba botero, boyancón como las imágenes del genial pintor y escultor colombiano. Por su entrega recibiò ovación con saludos.
Con el complicado cuarto escuchó silencio.
Venegas dejó una eficaz entera en el segundo al que quiso torear como si fuera boyante en vez de manso y con genio. Palmas.
Tras los pares de Adalid lo intentó con el deslucido quinto, obteniendo por su voluntad una ovación con saludos. Sólo un matiz: A un manso se le debe lidiar como manso, por abajo. y punto.
Gómez del Pilar se fue a portagayola las dos ocasiones. Una, sin fortuna en el tercero, un ejemplar con peligro al que bajar la mano era lo mandado para haberle podido.
La otra portagayola al sexto tuvo mejor final. Huído en la muleta, no quiso embeberlo como si de un toro noble se tratara. Mejor hubiera sido cruzándose, por bajo y dejando la muleta bien puesta, pero no fue así. Por su voluntad escuchó silencio.
A estas alturas del festejo, en los tendidos ya se había transmitido la frase de que todo toro tiene su lidia. Solo falta que lo tengan en cuenta los jóvenes toreros.
CARTEL PARA ESTA TARDE
Para esta tarde, vigésima del ciclo, llegan los Partido de Resina, guapos en sus hechuras y de juego impredecible para Sánchez Vara, que entra en San Isidro por el lesionado Ricardo Torres, Javier Castaño y Thomas Duffau.
¡Que Dios reparta suerte!.