Cómo detectar que un niño o adolescente necesita 'desintoxicación digital'
Hay una gran población de riesgo que no está llegando a las consultas "lo que nos hace pensar que igual solo estamos viendo la punta del iceberg”
Hablamos del uso problemático de las pantallas con Ana Gálvez, psiquiatra de infancia y adolescencia de Proyecto Hombre Madrid
DGG
En 2021 se registró el primer ingreso de un menor por adicción a los videojuegos. Ocurrió en Castellón. El joven, que pasaba hasta 20 horas jugando a Fortnite, permaneció dos meses en la planta de psiquiatría, convirtiéndose en el primer caso clínico en el mundo.
La Organización Mundial de la Salud identifica como “adicción” el uso abusivo de los videojuegos, una denominación que, por el momento, no aplica al uso de internet y redes sociales.
Aun así, el uso problemático de la tecnología, bien por tiempo de exposición o por conductas asociadas a su uso, puede ser objeto de adicción, aclara a Telemadrid.es Ana Gálvez, psiquiatra de infancia y adolescencia de Proyecto Hombre Madrid.
Atención en la Sanidad madrileña
'AdCom' es un centro de la Comunidad de Madrid para la atención a las personas que muestran comportamientos adictivos en relación con el juego de apuestas, videojuegos, sexo, compras compulsivas y redes sociales.
Se brindará a dos grupos poblacionales de forma diferenciada: los menores de 12 a 17 años de edad, acompañados de sus padres o tutores; y adultos mayores de 18 años.
Ante el aumento de la demanda de tratamiento por uso inadecuado de las pantallas en los últimos cinco años, Proyecto Hombre ha puesto en marcha un servicio específico de asesoramiento, formación y tratamiento para familias. “Desde la clínica vemos conductas adictivas en esos usos y el tratamiento es similar”, explica la psiquiatra.
Existen dos denominadores comunes en las personas que desarrollan conductas adictivas a las pantallas, la depresión y la ansiedad, dos señales de alarma para los progenitores que todos los expertos identifican como comunes a estas conductas.
En general no estamos cumpliendo las recomendaciones de exposición a las pantallas, asegura Gálvez. El abuso de la tecnología no es “escandaloso”, no es evidente como ocurre con otras adicciones, explica la psiquiatra. Por eso es muy común que cuando los pacientes llegan a la consulta, llevan años con esa conducta. Prevenir e identificar rápidamente el problema es fundamental.
Según UNICEF, uno de cada tres jóvenes hacen un uso problemático de internet y uno de cada cinco está ‘enganchado’ a los videojuegos.
El 46% de estudiantes en edad de la ESO reciben imágenes de contenido sexual sin consentimiento y uno de cada diez ha recibido proposiciones sexuales por parte de un adulto a través de internet.
Unas cifras que no se ven reflejadas en el número de consultas: “Toda esa población de riesgo no nos está llegando, lo que nos hace pensar que igual solo estamos viendo la punta del iceberg”, asegura Gálvez.
Los que sí llegan a las consultas, reciben una evaluación individual psicológica o psiquiátrica y un tratamiento individualizado. En los casos más graves, necesitan una desintoxicación digital. Posteriormente, se reintroducen de nuevo en el uso sano de las pantallas, explica la psiquiatra.
NOMOFOBIA
El tiempo de uso es muy orientativo, pero Gálvez identifica la ‘nomofobia’ y el ‘FOMO’ como comportamientos clave para identificar el problema. Se trata de una especie de síndrome de abstinencia por no tener acceso a los dispositivos, fundamentalmente al móvil, y el miedo a perderse algo si no estás conectado: “Se ponen muy nerviosos, irritables, tristes… En los casos más graves dejan de socializarse, no duermen bien, fracasan en el colegio”, explica la psiquiatra.
Sin embargo, continúa diciendo, en los tratamientos no buscamos la abstinencia, como puede ocurrir con otras adicciones, sino enseñar un uso racional de la tecnología. “Aprender a filtrar, reconocer qué herramientas (tecnológicas) aportan algo a la vida”, tal y como lo expresa Alberto, un joven de 25 años que recibe tratamiento en Proyecto Hombre.
La “higiene digital”, no es deseable solo en niños y jóvenes, pero la adolescencia es especialmente complicada ya que en esa etapa el cerebro perfecciona habilidades esenciales para la vida adulta: la toma de decisiones, el control emocional y la socialización.
El uso abusivo de las pantallas desconecta a los jóvenes de la vida real y le impide desarrollar dichas competencias.
Nadie duda de que los niños necesitan habilidades digitales, pero tienen que vivir en el mundo real, fundamental para el desarrollo, si no, están perdiendo un tiempo precioso para desarrollar otras competencias, concluye.