Las escuelas públicas de la ciudad estadounidense Seattle se han puesto de acuerdo para demandar a las grandes empresas que reinan en las redes y en las vidas de los más jóvenes. Denuncian que TikTok, Instagram, Youtube, Snapchat y Facebook son responsables de causar problemas de ansiedad y depresión.
Explican en su escrito que estos gigantes tecnológicos deterioran la salud mental de los estudiantes y fomentan la aparición de trastornos de la alimentación o del comportamiento, incluso el ciberacoso. Consideran que ahora los centros educativos tienen que invertir en nuevos planes para proteger la salud mental de los niños y jóvenes y hacer frente a los peligros de estas redes sociales.
Según la neuropediatra María José Mas Salguero, "la infancia temprana, de los 6 a los 12 años, es cuando el niño comienza a relacionarse con diferentes grupos y busca aceptación, pero todavía atiende a los consejos de los padres de forma general". Por eso, declara que "ese es el mejor momento para educarles en un uso correcto de las redes y de construir la autoestima".
Sin embargo, alerta de que "en la adolescencia ya sucede todo lo contrario, hay que llegar a la adolescencia con educación y seguridad frente a lo que verán en redes". "Fomentaría la prevención en educación Primaria y que en Secundaria tengan servicios de salud mental a los que puedan acceder si es necesario", concluye la experta.