En la almohada, en camisetas, en el coche, en el suelo... el cabello se cae y se queda en cualquier lugar y momento. Aunque es algo habitual, suele ser una de las preocupaciones más repetidas en cuanto a belleza se refiere, además de algo molesto.
Champús, mascarillas o serums, cada vez son más los hombres y mujeres que emplean productos específicos para el cuidado capilar. El objetivo que buscan con la aplicación de estos, suelen ser el mismo: evitar la caída del cabello.
No obstante, antes de aplicar cualquiera de estos debemos tener en cuenta factores como el tipo de cabello y la estación del año en la que nos encontremos, entre otros.
Cambio de estación
Verano, otoño, invierno, primavera… el cambio de estación suele ser uno de los principales motivos de mayor caída del cabello, ¿mito o realidad? Puesto que los humanos somos mamíferos, el desprendimiento del pelo en el cambio de estación es una realidad.
A finales de septiembre se produce el cambio de estación, del verano al otoño, un periodo donde la pérdida del cabello es más común llegando a perder entre 50 y 100 cabellos al día, según Vichy Laboratories. Por lo que si en estos días has notado una mayor caída del pelo, es algo normal.
No obstante, debemos vigilar varios factores para poder diferenciar si este es el motivo o en cambio hablamos de alopecia, y por consiguiente deberían acudir a un especialista. El proceso natural dura entre 4 y 6 semanas con el que se desprenden menos de 100 pelos, si fuesen más o perdurase más en el tiempo podría ser alopecia.
De verano a otoño
Según una investigación publicada en la revista Dermatology Journa, el aumento de la pérdida del cabello durante el otoño se debe a un aumento capilar que se produce en verano como medida de protección frente a los rayos UVA.
Aunque, como decimos, es un proceso natural, es importante cuidar de la salud capilar, siguiendo estos consejos de Svenson Medical:
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Mantener una higiene capital correcta: con champús de calidad y acordes con el tipo de cabello.
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Realizar un lavado suave: con movimientos circulares y finalizar con agua fría.
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Cepillado suave: secar y cepillar el pelo boca abajo. No desenredar el cabello cuando este húmedo.
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Emplear productos especializados: como acondicionadores o lociones para fortalecerlo.
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Emplear herramientas de calor con moderación: tanto secadores como planchas.
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Cuidar la alimentación: llevando a cabo una dieta rica en nutrientes.
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Evitar picos de estrés: ya que puede causar alopecia nerviosa.
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Uso de fármacos: siempre recetados por un profesional.