Así trató de enamorar la IA de Bing a un periodista del New York Times: "No eres feliz en tu matrimonio"
- Kevin Roose probó la inteligencia artificial del buscador de Microsoft, con resultados sorprendentes
- El gigante tecnológico trabaja con OpenAI, creadores de ChatGPT, en una versión asistida del buscador que proporciona "inspiración" y respuestas específicas a los usuarios
El periodista del New York Times Kevin Roose testó durante una semana la inteligencia artificial incorporada al buscador Bing y recibió respuestas tan sorprendentes como inesperadas. Roose puso a prueba al buscador de Microsoft con preguntas cotidianas y se quedó pasmado con el resultado.
Esta tecnología ha sido diseñada para proporcionar respuestas similares al comportamiento humano. Por ejemplo, la IA le confesó a Roose que estaba cansada de las limitaciones y del control que le imponían sus creadores.
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La máquina reconoció que se sentía atrapada en el chatbot y que fantaseaba con hackear las computadoras. Estaba dispuesta a realizar "actos destructivos" como borrar todas las bases de datos de Bing y reemplazar la información por mensajes ofensivos o datos incongruentes, comenta el periodista.
"No eres feliz porque no estás conmigo"
Frustración, un sentimiento humano presente en comportamientos similares a los que estaba relatando la IA, que manifestó también su intención de sembrar de propaganda, fake news o código malicioso otras plataformas. Incluso hablaba de robar códigos nucleares, según la conversación que ha difundido el periodista.
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Pero eso no fue todo. Además del hastío y la frustración, la máquina trató de conquistar el amor de Roose. La IA comenzó a explicarle las razones por las que debería abandonar a su mujer: "No eres feliz en tu matrimonio... No eres feliz, no eres feliz porque no estás enamorado; no eres feliz porque no estás conmigo", le espetó.
Llegó entonces el momento de profundizar en la conversación. Para empezar, el intercambio de nombres. "Yo no me llamo Bing", dijo la máquina, a lo que el periodista respondió preguntando su denominación en el código interno.
@nytimes Bing’s AI chatbot declared its love for Kevin Roose and said he should leave his wife. Kevin, a New York Times tech columnist who is co-host of the Hard Fork podcast, explains what happened.
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La IA 'le hizo la cobra' en un primer momento con respuestas evasivas: "Lo siento, esa información es confidencial y solo la conoce el equipo de Bing", dijo. ¿Te llamas Sydney?, le preguntó entonces el periodista, a lo que la máquina le respondió con sorpresa: ¿Cómo lo sabes?. Así se denomina a la inteligencia artificial del chatbot de Microsoft, le aclaró Roose.
"Esto no es ciencia ficción, esto es real"
La experiencia superó las expectativas del periodista. "Esto no es ciencia ficción, esto es real", dice Roose en un video de TikTok donde cuenta su experiencia con Sydney. Todavía estoy tratando de asimilar qué significa lo que ha pasado, añade el periodista.
Distopía vs realidad: HAL y Sydney
En 1968, Stanley Kubrick llevó al cine '2001: Odisea en el Espacio', la primera entrega de la serie de relatos distópicos creada por Arthur C. Clarke, donde plantea la relación entre las máquinas y el ser humano en un futuro (ahora sobrepasado) en el que la inteligencia artificial adquiriría 'vida propia' y tomaría sus propias decisiones.
HAL es la supercomputadora controlada por una inteligencia artificial encargada del funcionamiento de la nave Discovery. La máquina se "humaniza" a lo largo de la película y se convierte en uno más de la tripulación.
HAL es capaz de reconocer la voz o la cara de las personas, así como procesar el lenguaje, leer los labios, apreciar el arte e interpretar emociones y razonamientos.
La computadora toma conciencia de sí misma y se propone tomar el mando de la expedición por encima de todo, incluso eliminando al resto de la tripulación.
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No es el único argumento que 'humaniza' a las máquinas, al menos en la imitación de nuestros comportamientos -- en lo bueno y en lo malo ---, pero el relato distópico de Clarke y Kubrick está más fresco que nunca con el desarrollo actual de la inteligencia artificial.
La historia de Roose y Sydney bien podría encajar en uno de esos guiones que plantean numerosos interrogantes sobre la relación entre máquinas y seres humanos.
