Isco recibió el perdón de Santiago Solari con matices, jugando los últimos diez minutos contra el Valencia pero estando en la banda 25 calentando antes de salir y siendo el tercer cambio.
Por delante suyo entraron Marco Asensio y Fede Valverde. Quedarse en la grada en un partido clave en Roma puso el foco sobre él y la afición madridista debía pronunciarse.
Valiente
Optó por el mimo, con amplia mayoría de aplausos cuando saltó al césped. Isco, que se debe ganar ahora en entrenamientos y los pocos minutos de los que dispone un sitio, lanzó la jugada del 2-0 de la sentencia, pidió el balón siempre y jugó ajeno a la polémica.
Queda relegado a jugar ante el Melilla en Copa del Rey esos partidos en los que antes era reservado y ahora está obligado a brillar para merecer más.