El 29 de diciembre de 1994 se casa en Toledo con el argentino Jorge Salati. Aunque el matrimonio no llegaría a los dos años, ese enlace dio lugar a una “guerra de exclusivas” entre las revistas que propició muchas tensiones con los fotógrafos.
En ese momento Marta Sánchez empieza a enemistarse con los medios porque se siente acosada. Lo cierto es que con esa boda vendió la exclusiva a una revista sacando rentabilidad económica por su vida sentimental. La relación entre la madrileña y el argentino proporciono un revuelo mediático y varias exclusivas.
En 1996 Marta se entera en la inauguración del restaurante de su marido de que este ha presentado la demanda de divorcio, las cámaras captan ese embarazoso momento.