Por primera vez en muchísimo tiempo, el palco del Getafe, encabezado por su presidente Ángel Torres, sintió la presión de un sector de la grada, cansada de los malos resultados que atraviesa el conjunto azulón y encomendada a un entrenador, José Bordalás, que desde la sala de prensa también puso su grano de arena para elevar hacia los que mandan en su club peticiones muy concretas.
Pocas veces Ángel Torres, a lo largo de sus 25 años en el cargo, ha escuchado desde algún sector de su estadio las quejas de sus aficionados. En general, siempre han reconocido su trabajo con logros inimaginables hace décadas para un equipo humilde como el Getafe.
Torres ascendió al Getafe desde Segunda División B hasta Primera y desde 2004 hasta ahora, salvo un paréntesis de un año en Segunda División, lo ha mantenido en la máxima categoría con dos finales de Copa del Rey y tres participaciones europeas.
Pero algo se ha torcido en su gestión esta temporada y unos 700 aficionados se lo hicieron saber durante el choque ante el Girona.
El Getafe, de nuevo derrotado (0-1) y con sólo una victoria en trece jornadas, se colocó al borde de los puestos de descenso a los que podría caer si el Espanyol o el Valencia ganan sus partidos aplazados por la DANA. Ante esta situación, parte del fondo sur del Coliseum lanzó un cántico dirigido hacia su presidente: "Torres vete ya, Torres vete ya".
Y para responsabilizar exclusivamente de la situación del Getafe al máximo mandatario azulón, después dejaron claro con otro cántico, un clásico del Coliseum, que estaban de parte de los encargados de mover las piezas sobre el césped y, en concreto, de su entrenador: el "Bordalás, Bordalás, Bordalás te quiero", volvió a sonar una vez más por el estadio del club del sur de la comunidad de Madrid.
La realidad es que el técnico del Getafe ya avisó en pretemporada de que a su equipo le faltaba gol y jugadores generadores de producción atacante. Lo repitió una vez cerrado el mercado de invierno, insistió tras la disputa de algunas jornadas de Liga y fue más contundente y claro después de perder ante el Girona y con los cánticos dirigidos contra el palco aún calientes.
"Llevamos trece jornadas y se ve lo que el equipo necesita. No sé si el club podrá o no podrá hacer un esfuerzo. Está claro que el equipo necesito necesita seis fichajes de primer nivel para intentar ayudar al equipo a recuperar su mejor nivel", dijo el preparador del Getafe en rueda de prensa.
Ángel Torres y Bordalás mantienen una excelente relación, pero el entrenador alicantino no pudo contenerse en público. Hasta ahora, había insinuado que la planificación de la plantilla había sido errática, pero después del choque ante el Girona fue muy claro. El Getafe necesita media docena de jugadores para volver a ser competitivo.
Salida de jugadores clave y llegada de nombres con poca experiencia en la élite La realidad es que la pérdida de jugadores experimentados y con un nivel contrastado ha sido muy grande.
El curso pasado terminó una etapa en la que nombres que el Getafe tenía en propiedad como Enes Ünal, Jaime Mata, Mason Greenwood, Gastón Álvarez y Nemanja Maksimovic u otros cedidos que dieron buen rendimiento como Óscar Rodríguez, Juanmi Latasa o José Ángel Carmona, desaparecieron de la ecuación.
Por contra, llegaron jugadores poco experimentados. Por ejemplo, el uruguayo del Real Madrid Castilla Álvaro Rodríguez, sin experiencia en Primera División.
También otro delantero como Bertug Yildirim, cuyo bagaje más trascendente lo consiguió en el Rennes, donde la temporada pasada participó en 28 partidos oficiales en los que anotó un gol.
Como refuerzo de urgencia en mitad del curso apareció Allan Nyom (estaba sin equipo) y en verano los defensas Juan Berrocal y Álex Sola y los centrocampista Christantus Uche y Peter Federico completaron la nómina de refuerzos.
La experiencia en Primera División de todos esos jugadores, no invitaba al optimismo en el cuerpo técnico: Peter Federico, llegó al Getafe con apenas 15 partidos en la élite con el Valencia; Uche, directamente, apareció procedente del Ceuta, un club de la Primera RFEF; Berrocal disputó dos partidos de Liga Europa con el Sevilla en 2018 y desde entonces ha desarrollado su carrera en clubes de Segunda División como el Sporting o el Eibar; y Álex Sola suma 20 partidos con la Real Sociedad y 33 la pasada temporada en el Alavés.
Bordalás necesita tiempo para adaptar a toda esa lista de nuevos jugadores, muchos casi inéditos en el máximo nivel. Pero el tiempo pasa rápido, como los partidos, y los resultados no son buenos, sobre todo en ataque.
En defensa el Getafe mantiene la consistencia, pero falla arriba: no generan mucho y sólo suman ocho tantos, el equipo que menos ha marcado junto al Valencia de toda la categoría. Además, siete de ellos, fueron a balón parado.
"Se avisó en pretemporada y ahora se están pagando las consecuencias. Tenemos confianza en que cambie la dinámica. El equipo a nivel defensivo es de los que menos ha encajado y a nivel ofensivo nos cuesta. Sólo hemos hecho un gol de jugada, es un bagaje muy pobre. Tenemos jugadores que acaban de llegar de Primera y Segunda RFEF. La Primera División es otra cosa, lo estamos comprobando".
El entrenador del Getafe tiene mucho crédito en la grada. Es muy querido por su trabajo. Es el culpable de un ascenso, de una histórica quinta plaza a dos puntos de la Liga de Campeones, de varias temporadas tranquilas y de un regreso espectacular para salvar hace dos cursos a un equipo desahuciado. Tiene muchísimo crédito entre su afición y todo el respeto del vestuario.
Pero para los jugadores, las críticas de algunos de sus aficionados, no han pasado desapercibidas. Alguno, como Luis Milla, habló sobre ello después de la derrota ante el Girona:
"Entendemos el enfado de la gente. Es normal. No es momento de pedir nada ni de reprochar absolutamente nada. Es momento de bajar la cabeza y trabajar, venir mañana, intentar mejorar y cambiar la situación".
"Es normal y lógico el enfado. Hay que estar más juntos si cabe. En las malas es cuando más difícil es estar juntos y les necesitamos. Les podemos pedir poco para lo que nos dan y hay que intentar estar lo más juntos posibles en el mismo barco y empujar juntos".
El caso es que la pelota está en el tejado de los que mandan arriba, con Ángel Torres a la cabeza. Todas las quejas y peticiones han ido dirigidas hacia su figura.
Desde unos centenares de aficionados, que pidieron su cabeza, hasta su entrenador, que lanzó un grito de socorro para que refuerce una plantilla que, como vaticinó Bordalás en varias ocasiones, era insuficiente para disfrutar de un curso plácido.
Entre el 2 de enero y el 3 de febrero, fechas de apertura y cierre del mercado de invierno, las oficinas del club madrileño tendrán que trabajar a destajo: la llegada de jugadores de nivel, aliviaría la presión que vive el palco.