Ocurrió hace tres años. En la última Eurocopa, minuto 42, estadio Parken de Copenhague, Cristian Eriksen cae desplomado al suelo por culpa de una paro cardiaco.
Los servicios médicos luchan por salvarle la vida. En la grada lagrimas. Mucha preocupación. Sus compañeros rezan. El centrocampista de Dinamarca llegó a estar cinco minutos muerto.
Las imágenes conmocionaron a todo el mundo del futbol, pero Eriksen ganó el partido mas importante de su vida y nueve meses después regresó a los terrenos de juego en un amistoso con Holanda.
Aquel gol en su reaparición dejó un mensaje. Había vuelto para quedarse y en el siguiente partido primera titularidad y otro gol para celebrarlo. Desde entonces sigue siendo indiscutible con su selección.
Ante Eslovenia cerrará un circulo con su debut en la EURO de Alemania para liderar a Dinamarca y transformar la pesadilla en un sueño.