5 grandes mujeres artistas olvidadas por la Historia
Las mujeres ha hecho grandes aportaciones al Arte pero muchas grandes pintoras quedaron eclipsadas por sus colegas masculinos o, a pesar de conseguir fama en su momento, fueron olvidadas por la Historia
CARMEN M. TEJEDA
Seguro que si te preguntan por los grandes pintores de la Historia se te ocurren unos cuantos, pero lo más probable es que todos, o casi todos, los nombres que digas sean masculinos. ¿No ha habido mujeres artistas? Por supuesto que sí.
Las mujeres han hecho grandes aportaciones al Arte a lo largo de los siglos y a las dificultades de cualquier artista para abrirse camino ellas tenían un obstáculo añadido y no era pequeño: el de ser mujeres en un mundo dominado por hombres que, desde el mismo momento de su nacimiento, les asignaba un papel pasivo y sumiso del que no se les permitía salir. Y aún así muchas lo hicieron.
Te descubrimos cinco mujeres de talento enorme que dejaron grandes obras y cuyos nombres, aún reconocidos en su tiempo, fueron ensombrecidos por el de sus colegas masculinos y olvidados por la Historia.
Lee Krasner
Eternamente eclipsada por su marido Jackson Pollock, principal exponente del expresionismo abstracto, Lee Krasner no tuvo menos méritos que él. Nació en Brooklyn en 1908 y dio sus primeros pasos en la pintura con 13 años estudiando en la Women's Art School y la Arts Students League.
La Gran Depresión que siguió al crac de 1929 le trajo problemas económicos y tuvo que abandonar sus estudios artísticos para trabajar como camarera o modelo para otros pintores y sobrevivir. Pudo retomar los pinceles gracias al ‘New Deal’ de Roosvelt que incluía un programa de ayuda para artistas.
Una exposición en la McMillen Gallery de Nueva York la consolidó y catapultó a la fama. Por esa época conoció a Pollock, con quien acabaría casándose en 1945.
Ella fue quien introdujo a Pollock en los círculos artísticos y promovió su arte. Él se convirtió en el referente del movimiento artístico y ella pasó a segundo plano.
Su matrimonio con Pollock fue difícil sobre todo por el alcoholismo del pintor. Tras la muerte de éste en un accidente automovilístico, con 44 años cuando conducía ebrio, Krasner inició una nueva etapa creativa pero ya nunca dejaría de ser 'la mujer de Pollock'.
Maruja Mallo
No podría faltar una artista española en esta lista. La gallega Maruja Mallo (n. 1902) forma parte de la Generación del 27 y es una de las grandes pintoras del surrealismo español, aunque su nombre ha quedado ‘oscurecido’ detrás de los de sus eminentes colegas masculinos como Dalí. Y fue, precisamente, Dalí quien la definió como “mitad ángel y mitad y marisco”.
Ana María Gómez González (su verdadero nombre) superó el difícil examen de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y, gracias a Dalí, entró en el Círculo de la Residencia de Estudiantes. Tuvo entre sus amistades a lo más destacado de las letras y las artes de la época como Lorca, Buñuel, María Zambrano y Alberti.
Fue ella quien, sin pretenderlo, dio nombre a ‘Las sinsombrero’ al contar un suceso que había vivido: "Un buen día, a Federico, a Dalí, a Margarita Manso y a mí se nos ocurrió quitarnos el sombrero. Y al atravesar la Puerta del Sol nos apedrearon, insultándonos como si hubiésemos hecho un descubrimiento como Copérnico o Galileo.
Maruja Mallo murió en Madrid en 1993 a los 93 años.
Tamara de Lempicka
Llegó a ser la gran figura del Art Noveau a principios del siglo XX y un icono del diseño y el lujo decadente de la Europa de los años 20 y 30. Representó como nadie la libertad de la mujer de la época. Murió con 81 años en 1980.
Se convirtió en la pintora de moda de la alta sociedad y sus retratos fueron muy cotizados y admirados. En especial su famoso ‘Autorretrato en el Bugatti verde’ que pintó en 1925.
Tras la Segunda Guerra Mundial llegó el triunfo de la abstracción americana y su estilo dejó de estar en primera línea. Su exposición de 1962 resultó un fracaso en un mundo que había cambiado por completo.
La figura de Tamara de Lempicka figura ha sido reivindicada posteriormente y en 1990 la cantante Madonna le rindió homenaje en el vídeo musical ‘Vogue’.
Angelica Kauffman
Johann Josef Kauffman era un pintor pobre y modesto pero se le dio muy bien enseñar su arte a su hija, Angélica, que no sólo aprendió pintura. Además de hablar varios idiomas tuvo una gran formación musical. Era el siglo XVIII.
Con 12 años la niña pintaba tan bien que atrajo la atención de los poderosos. Viajó con su padre por Milán, Roma, Bolonia y Venecia y su fama fue aumentando. En Venecia se encontró con Lady Wentworth que le abrió las puertas de la alta sociedad inglesa.
Fue gran amiga del pintor sir Joshua Reynolds y una de las fundadoras de la Royal Academy of Arts de Londres. Llegó a ser tan valorada que se hicieron muchas reproducciones de sus obras y sus diseños se utilizaron en cajas de madera, abanicos y diferente mobiliario pintado. Gracias a sus retratos hoy sabemos cómo era el rostro de Goethe, Wickelman o el mismo Joshua Reynolds.
Una artista de gran talento que obtuvo merecido reconocimiento en vida pero cuyo nombre pasó al olvido de la Historia.
Sofonisba Anguissola
Cuenta Manuel Jesús Roldán en su libro ‘Esto no estaba en mi Historia del Arte’ que cuando Giorgio Vasari publicó, en su obra ‘Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos’, la biografía de 133 artistas, entre ellas sólo había una mujer, la escultora Properzia y una mención a otra: Sofonisba Anguissola.
Sofonisba tuvo la suerte de nacer, en 1532, en una familia noble de Cremona que le dio estudios clásicos y de pintura.
Sus padres la llamaron así en honor a la reconocida aristócrata cartaginesa, hija del general Asdrúbal, que jugó un importante papel en la Segunda Guerra Púnica y se suicidó para evitar caer en manos de los romanos.
Con apenas 22 años, Anguissola marchó a Roma donde tuvo el mejor de los maestros, nada menos que el mismísimo Miguel Ángel Buonarotti. En su aprendizaje no pudo participar en estudios al natural porque se consideraba que ver desnudos masculinos no era apropiado para una dama. Quizá por eso se especializó en retratos.
Miguel Ángel reconoció su talento y Sofonisba comenzó a destacar. Con 27 años llegó a España y se instaló en la corte de Felipe II.
Llegó a ser reconocida como la primer mujer pintora de éxito del Renacimiento aunque el paso del tiempo fue injusto con ella y la Historia terminó por olvidarla. Actualmente se conservan muy pocos lienzos firmados por Sofonisba pero se estudian como suyos muchos atribuidos a otros pintores. Es reconocida su influencia en el desarrollo del género del retrato.