Se agota el tiempo para las quinielas. En unas horas el cine español se vestirá de largo para premiar lo mejor de 2013. ¿Será el año de la consagración de Daniel Sánchez Arévalo, el favorito con "La gran familia española"? ¿O el de la revelación de Fernando Franco y "La herida", como apuntan los premios previos?
Entre tanta incertidumbre, hay al menos una certeza: el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, no estará ahí para escuchar el discurso del presidente de la Academia, ni las bromas del presentador, Manel Fuentes, que ya advirtió que habría alusiones críticas a la complicada situación de la cinematografía española.
Ni tampoco para hacer frente a posibles abucheos, como los que Wert sufrió en la entrega de los Premios Forqué, cuando anunció inminentes "buenas noticias" para el cine español. Y eso que esa vez llegaba con parte de los deberes hechos, puesto que el ministerio acababa de aprobar las ayudas a los productores, pendientes de 2011.
Eso sí, la rebaja del IVA cultural, otra promesa postergada, sigue sin concretarse en un año fatídico para el sector, con cierre de salas y distribuidoras, caída de la taquilla y de la cuota de pantalla del cine español.
Cifras y disputas aparte, de lo que se trata mañana es de celebrar el trabajo de los creadores cinematográficos.
David Trueba y su optimista historia sesentera sobre el profesor que enseña inglés con las canciones de los Beatles, "Vivir es fácil con los ojos cerrados"; la oscura e inquietante "Caníbal" de Manuel Martín Cuenca, y el drama familiar de Gracia Querejeta "15 años y un día" también tienen posibilidades de coronarse como la mejor película.
TRES BODAS DE MÁS
Aunque nadie descarta sorpresas: que la taquillera "3 bodas de más" se alce con el premio al mejor guión, tras haber sido elegida mejor comedia en los Premios Feroz de la prensa cinematográfica, o que la independiente "Stockholm" se lleve alguno de los premios a los que aspira.
Uno de los momentos más emocionantes será seguramente cuando se abra el sobre con el nombre del mejor actor. Puede ser la hora, por fin, de Javier Cámara, después de seis nominaciones sin premio, o de Antonio de la Torre, uno de los actores más sólidos del cine actual, que se llevaría su primer Goya protagonista por "Caníbal".
Sin olvidar las opciones de Tito Valverde, el abuelo de "15 años y un día", y de Eduard Fernández, que ya se impuso a todos ellos en los Premios Forqué, por ese canalla acorralado de "Todas las mujeres".
En cuanto a ellas, el duelo principal estará entre Inma Cuesta, que ha recibido espléndidas críticas por la revelación de su vena cómica en "3 bodas de más", y Marian Álvarez, que se llevó la Concha de Plata en San Sebastián por "La herida".
Las otras candidatas también pisan fuerte: Aura Garrido, con su segunda nominación por "Stockholm" y Nora Navas, la mujer desconcertada de "Todos queremos lo mejor para ella".
La ceremonia tendrá lugar, por segundo año consecutivo, en el Centro de Congresos Príncipe Felipe, del Hotel Auditorium de Madrid, un espacio que, por aforo, instalaciones y coste, resulta hoy por hoy la mejor opción para la Academia, según dijo a Efe el productor ejecutivo de la gala, Emilio A. Pina.
Y es que la crisis, obviamente, también se ha notado en el presupuesto de los Goya, que ha sufrido un recorte acumulado del 30 % en los dos últimos años, y en el que la aportación de los patrocinadores es cada vez mayor y ya alcanza el 60 %.
"Nuestro reto ha estado en que esto no influya en la calidad del espectáculo", ha señalado Pina y, a juzgar por los ensayos, "todo tiene muy buena pinta".
Habrá vídeos, humor, música y monólogos. El decorado está basado en los cambios de luz y color, una apuesta sencilla y sin un "leitmotiv" específico.
Como ya es habitual, la retransmisión correrá a cargo de TVE, aunque conviene estar atento también a las redes sociales, donde ya el año pasado muchos directores y actores compartieron sus fotos, vídeos y comentarios en directo.