La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), en coproducción con Micomicón que celebra su 25 aniversario, lleva al Teatro de la Comedia La judía de Toledo, de Lope de Vega, una pieza dirigida por Laila Ripoll que cuenta la historia de amor entre el rey Alfonso VIII, interpretado por Federico Aguado, y su amante, la dama Raquel, que encarna Elisabeth Altube.
La pieza teatral habla de política, amor y poder, y además tiene un "aire de misterio sobrenatural", ha comentado Ripoll, que también firma la versión de la obra que estará en cartel del 8 al 26 de marzo.
"La lectura que hace Lope de Vega es ambigua o rica, da una de cal y otra de arena, el poeta siente una gran simpatía por el rey que es un humano y se enamora pero también hace una crítica por la dejación de sus funciones", ha explicado Ripoll durante la presentación de la obra.
La pieza teatral la escribió Lope de Vega en el siglo XII y no se publicó hasta el siglo XVII, pero ahora la obra está ambientada en los años 60 y 70 "por un problema estético" y porque "era adecuada esa cercanía", ha señalado Ripoll, que añade que "el texto sigue siendo el mismo y no hay palabras contemporáneas añadidas". La judía de Toledo es la primera manifestación dramática de los amores de Alfonso VIII y la judía Fermosa, conocida como Raquel.
En la obra se presenta a un rey que pretende ser tan solo un hombre, un monarca que abandona la política para dedicarse a sus intereses personales; un país desgobernado, en crisis, sumido en el abandono y con un "peligro a las puertas", en un montaje que toma Toledo siempre de fondo, con su río "omnipresente" y sus tradiciones ancestrales.
La directora escribe en el texto del programa que se trata de "un libreto complejo, como complejo es el momento que estamos viviendo, que desprende una tremenda fuerza poética, sugestiva y perturbadora y que cuenta una tragedia política, en la cual aparece una mirada honda a la gente de abajo, a la gente que labra la tierra".
La directora de la CNTC, Helena Pimenta, ha destacado que la historia tiene unos valores "muy importantes", porque "la obra se apoya en la palabra consiguiendo así ampliar los significados y hace que, al no estar escrita en prosa, se produzca en el público una elevación del sentimiento gracias al uso de figuras retóricas".
El actor Mariano Llorente, que desempeña el papel de Garcerán Manrique, el consejero del rey, ha subrayado que "hay signos que añaden otros lenguajes que se superponen y conviven y hacen que el espectáculo tenga mayor riqueza sin tener que cambiar la letra del texto clásico como es el vestuario, la música o el vídeo".