La Comisión Europea calcula que la inflación alcanzará niveles "históricos" en 2022 y que escalará al 7,6% en la zona euro y al 8,3% en el conjunto de la UE en el presente ejercicio, dos cifras elevan las previsiones del pasado mayo en 1,5 puntos porcentuales en ambos casos, en las segundas previsiones económicas que publica desde la invasión militar rusa en Ucrania.
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ha indicado que la inflación ha sido "revisada al alza debido a los altos precios de la energía" así como a otras presiones inflacionarias y ha añadido que los "riesgos están vinculados" a la evolución de la guerra de Ucrania así como de los mercados energéticos.
Respecto al crecimiento, el Ejecutivo comunitario ha proyectado que la economía de la Unión Europea repuntará un 2,7% en 2022, en línea con el pronóstico realizado en primavera aunque rebaja una décima el crecimiento previsto para el PIB de la Eurozona, al 2,6%.
En paralelo, el Ejecutivo comunitario ha disparado su previsión de aumento de la inflación para cierre de este año hasta el 7,6% en la Eurozona en 2022 y al 8,3% para el conjunto de la UE, dos pronósticos que califica que "históricos" y que duplican con creces las proyecciones del Ejecutivo previas al inicio de la guerra, del 3,5%y del 3,9% respectivamente.
Para 2023, Bruselas espera que la inflación se contraiga hasta el 4% en la zona euro, lo que supone un aumento respecto al 2,7% de las previsiones de mayo. Para el conjunto de la UE, el Ejecutivo comunitario ha previsto que la inflación se sitúe en el 4,6%, por encima del 3,2% de las proyecciones de primavera.
En su análisis, la Comisión Europea ha indicado que muchos de los riesgos negativos que rodean las previsiones de primavera de 2022 se han materializado y ha argumentado que la invasión de Rusia de Ucrania ha ejercido presiones adicionales al alza sobre los precios de las materias primas energéticas y alimentarias.
Todo ello ha alimentado la previsión inflacionaria y ha erosionado el poder adquisitivo de los hogares, que se suma a la desaceleración del crecimiento de EEUU y al impacto económico negativo de la "estricta política de cero COVID de China", según ha argumentado Bruselas.
Respecto al 2023, Bruselas ha corregido sus estimaciones de crecimiento en casi un punto porcentual y ha pronosticado que el repunte del PIB para el conjunto de la UE será del 1,5% y del 1,4% para la zona euro, frente al 2,3% fijado en mayo para ambas regiones y, además, lejos del 2,7% de la zona euro y del 2,8% de la UE que estimaba a principios de año.
En este sentido, la Comisión Europea ha analizado que la economía de la UE sigue siendo especialmente vulnerable a la evolución de los mercados energéticos debido a la elevada dependencia de los combustibles fósiles rusos, por lo que prevé que la economía seguirá expandiéndose aunque a un ritmo más lento.
De cara al próximo ejercicio, el Ejecutivo comunitario espera que el crecimiento económico trimestral cobre impulso, gracias a un mercado laboral resiliente, la moderación de la inflación, al apoyo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y al ahorro de los ciudadanos.
El comisario de Economía ya indicó a principios de abril que Bruselas corregiría sus previsiones económicas de principios de año para tener en cuenta el impacto de la guerra de Ucrania, aunque descartó una recesión económica.