Despertar, ir corriendo al salón y ver qué han dejado Melchor, Gaspar y Baltasar. Una escena que se repite en muchos hogares durante la mañana de Reyes. Aunque a veces, sus Majestades más mágicas traen demasiados regalos.
Y aunque el exceso de presentes comience con la mejor de las intenciones puede acabar transformado en una dinámica dañina.
En estas fechas se produce, según llaman los expertos, el síndrome del niño hiperregalado. Ocurre cuando se regala a los niños todo lo que piden.
Un mal hábito, dicen los expertos, que ocurre todo el año, y que se acentúa en navidades. Los niños que reciben en exceso no lo valoran, solo quieren tener más y más regalos.
Para que eso no pase, los expertos recomiendan hacer regalos adecuados a su edad y en una cantidad manejable.El propósito final debe ser, aseguran los expertos que los niños acaben agradeciendo y valorando los regalos.