El Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y como accionista del 16% de CaixaBank, ha votado este viernes en contra de la nueva política de retribuciones del banco durante su junta de accionistas, con lo que muestra su oposición a los sueldos de la cúpula directiva.
El FROB voto en contra al punto 12 del orden del día, que era la aprobación de la modificación de la política de remuneraciones de los consejeros, el punto más sensible porque suponía validar que el nuevo presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, reciba una remuneración fija anual de 1,65 millones, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar con 2,26 millones.
No obstante, la nueva CaixaBank, fruto de la fusión con Bankia, ha logrado sacar adelante este punto del orden del día con el apoyo del resto de accionistas y a pesar de la polémica que ha suscitado esta cuestión tras las críticas del Gobierno.
La ministra de Asuntos Económicos y vicepresidenta segunda del Gobierno, Nadia Calviño, fue la primera en mostrar abiertamente su "preocupación" por los elevados salarios de los ejecutivos de banca y calificó de "inaceptables los altos sueldos y los bonus pagados a directivos".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lamentó unos días después que sectores ganadores de la transformación digital están expulsando fuerza de trabajo mientras ellos están ganando salarios de seis cifras e incrementando sus beneficios y "bonus".
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, salió este viernes en defensa de la retribución de la cúpula del banco y de su Consejo asegurando que es “sustancialmente inferior” a la de bancos “comparables”.
Respecto al ERE que se encuentra en marcha en la entidad tras la fusión, Goirigolzarri explicó a preguntas de los accionistas, que responde a la necesidad de encarar “la realidad” del sector, que “tiene unos enormes retos estratégicos por delante” por el escenario de tipos negativos, el aumento de la competencia y la digitalización. Según detalló, la banca ha pasado de ser “un sector en enorme expansión” a estar “en reconversión”. “Ante situaciones como ésta es necesario tomar decisiones estratégicas”, agregó, defendiendo que hay que adoptarlas además “con anticipación al fin de asegurar la sostenibilidad del proyecto”, ya que “la inacción o el retraso es tremendamente nocivo”. Además, apostilló que es algo que ya se venía haciendo, recordando que CaixaBank es producto de la fusión de 130 entidades, con intención de encarar el escenario con “una clara ventaja competitiva”.
“Es nuestra obligación para asegurar la sostenibilidad del proyecto, que en definitiva es asegurar el máximo número de puestos de trabajo de forma sostenible en el futuro”, agregó, puntualizando que el banco va a hacer además “un esfuerzo muy grande de entendimiento”.
Además, quiso poner en valor el programa de recolocación que pondrá en marcha para dar salida laboral a los empleados afectados por el ERE, convencido de que será un esquema que “se reflejará en otras empresas” y podría tener un alcance superior. “La idea que subyace detrás de este plan de recolocación se debería aplicar a nivel de país porque lo necesitamos”, concluyó.