La cumbre de los líderes del G8 (países ricos y Rusia) comenzó hoy en Lough Erne, en Irlanda del Norte, bajo la presidencia del primer ministro británico, David Cameron, y dominada por el conflicto de Siria.
El estadounidense Barack Obama, la alemana Angela Merkel, el italiano Enrico Letta, el japonés Shinzo Abe, el canadiense Stephen Harper, el francés François Hollande y el ruso Vladimir Putin llegaron al aislado complejo hotelero de Lough Erne, a cuya entrada fueron recibidos por Cameron.
Al encuentro, de dos días, asisten también el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el responsable de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que poco antes anunciaron, junto a Obama y a Cameron, el inicio en julio de las negociaciones de un tratado de libre comercio entre EEUU y la Unión Europea (UE).
El último en llegar fue el estadounidense Barack Obama quien, al igual que el resto de los invitados, acudieron vestidos con chaqueta y sin corbata, mientras el anfitrión británico los recibió en mangas de camisa.
GRAN DESPLIEGUE POLICIAL
En un entorno aislado y protegido por un fuerte despliegue policial, los jefes de Estado y de Gobierno del G8 van a hablar ahora en sesión plenaria del estado de la economía global, que según coinciden se encuentra en mejor situación que hace un año, cuando se reunieron en la cumbre de Camp David (Estados Unidos).
Después de varias tandas de reuniones bilaterales, entre ellas un encuentro de Obama con Putin, los ocho líderes volverán a reunirse desde las 20.00 GMT en una cena de trabajo centrada en política exterior, que brindará una oportunidad para hablar del conflicto sirio y sus fuertes divergencias al respecto.
Aunque Putin y Cameron señalaron ayer que buscarán un acercamiento en Lough Erne, las posturas del G8 son muy divergentes pues están en desacuerdo sobre la necesidad de armar a los rebeldes que luchan contra el régimen de Bachar al Asad, algo a lo que el presidente ruso se opone frontalmente.
En rueda de prensa, el presidente del Consejo Europeo dijo hoy que la situación en Siria se encuentra "en un momento crítico, después de miles de muertes, millones de desplazados y de refugiados", y la "crisis que amenaza a toda la región", pero una respuesta militar "no es la solución", añadió.
En este mismo sentido, el británico David Cameron admitió hoy sus temores sobre la actividad de los sectores radicales entre la oposición siria, aunque insistió en que la solución debe ser "democrática y pacífica" y "no el terrorismo y la violencia".
CONFLICTO SIRIO
Obama llega a la cumbre del G8 precedido por su confirmación de que Bachar al Asad ha usado armas químicas contra los rebeldes, posición que apoya el británico David Cameron, mientras el ruso Vladimir Putin sigue expresando rechazo frontal a cualquier intento de desestabilizar al régimen sirio.
Este domingo Cameron y Putin mantuvieron un encuentro en Londres en el que aseguraron que buscarán acercar posiciones en la cumbre del G8, y hoy el presidente ruso mantendrá otra reunión bilateral con Obama con la crisis siria como telón de fondo.
Con más nubes que claros en el cielo y lluvia intermitente, el G8 evidenció desde primera hora las diferencias sobre el conflicto en Siria entre partidarios y detractores del régimen de Bachar al Asad, que ha causado 90.000 muertos en dos años y que marcará la agenda política del encuentro.
En este sentido, el presidente sirio, Bachar al Asad, advierte de que Europa "pagará el precio" de armar a los rebeldes, ya que considera que todos son terroristas.
En una entrevista al diario alemán "Frankfurter Allgemeine Zeitung" (FAZ) que se publicará mañana y de la cual hoy se han adelantado algunos extractos, Asad alerta de que, "si los europeos suministran armas (a los grupos rebeldes), el patio trasero de Europa se volverá terrorista y Europa pagará el precio por ello".
A juicio de Asad, el envío de armamento a los grupos opositores mejorará la formación en combate de unos rebeldes que, en algún momento, acabarán volviendo la vista a Europa para cometer allí atentados.
ESCUCHAS, ESPIONAJE
Además, esta reunión empieza en medio de una polémica por las revelaciones hoy del diario "The Guardian" sobre las actividades del centro de escuchas británico GCHQ durante la cumbre del Grupo de los Veinte (países ricos y emergentes) celebrada en Londres en 2009.
Según la información, el Gobierno británico de entonces -a cargo del laborista Gordon Brown- ordenó espiar los teléfonos y ordenadores de las delegaciones que participaron en esa cumbre.
El periódico afirma haber tenido acceso a documentos clasificados en los que se confirmaría un "espionaje sistemático" llevado a cabo por el centro de escuchas GCHQ por el que se interceptaron los teléfonos de políticos y funcionarios extranjeros participantes en esas reuniones y se vigilaron sus computadoras.
Los documentos habrían sido entregados a "The Guardian" por Edward Snowden, el exempleado de la CIA que ha sido fuente de las filtraciones sobre el masivo programa de espionaje estadounidense que han sacudido en las últimas semanas al Gobierno de Barack Obama.
SITUACIÓN ECONÓMICA
La cumbre del G8, ensombrecida en los últimos años por el G20, celebra este lunes una sesión sobre la situación económica global, en la que la alemana Angela Merkel, el japonés Shinzo Abe y el francés François Hollande evidenciarán sus diferencias. Especialmente el primer ministro nipón, que ha impulsado una agresiva política de flexibilización monetaria y un aumento del gasto público en busca de revitalizar el crecimiento que choca con los planes de austeridad dominantes en Europa.
Más tarde, después de una ronda de contactos bilaterales, los ocho líderes hablarán en la cena de política exterior, donde de nuevo aflorará el conflicto sirio. El escenario de su reunión es un lujoso y aislado hotel de Lough Erne, al borde de un lago y entre verdes campos irlandeses, donde se han desplegado más de 8.000 policías que tratarán de que nadie se acerque al complejo, protegido por una valla de siete kilómetros.
Mañana martes será el turno de la política antiterrorista una vez se reanude la cumbre a las 7.30 GMT después de una nueva sesión de encuentros bilaterales. Además, los líderes del G8 hablarán de transparencia, comercio e impuestos en el almuerzo, al que ha asistirá el presidente de México, Enrique Peña Nieto, como un invitado especial.
Son los tres temas que el anfitrión David Cameron quiere impulsar en este G8, especialmente un acuerdo para luchar contra el fraude y la evasión fiscal que ya protagonizó una reciente reunión en Londres de los ministros de Finanzas del G7 (países ricos).
La cumbre del G8 de Irlanda del Norte concluirá el martes con una rueda de prensa de Cameron prevista para las 14.30 GMT, seguida de las habituales comparecencias del resto de líderes ante sus delegaciones. Será entonces el turno de que David Cameron entregue el testigo a Vladimir Putin ya que la presidencia del G8 será asumida por Rusia.