Los líderes del G8 cerraron hoy la cumbre con una declaración que pide promover el crecimiento y el empleo, y reafirma el compromiso con la seguridad energética, la transición en Afganistán y continuar la presión sobre Siria o Irán.
La declaración reitera que es "imperativo promover el crecimiento y el empleo", invita a "generar crecimiento mientras se mantiene el compromiso con la consolidación fiscal" y reafirma "el interés de que Grecia siga en la Eurozona al tiempo que respeta sus compromisos".
El comunicado subraya que la mejora en la Eurozona es clave para toda la economía mundial y subraya el "apoyo a los líderes de la zona euro para hacer frente a las presiones de una manera creíble y a tiempo, de manera que fomenten confianza, estabilidad y crecimiento".
Los países ricos del Grupo de los Ocho se comprometen a tomar acciones para "aumentar la productividad, el crecimiento y la demanda" sin olvidar la "responsabilidad fiscal".
El G8 también recordó que es necesario continuar con el desarrollo de energías renovables, la lucha contra el cambio climático y fortalecer la cooperación para asegurar el suministro energético estable.
Las potencias industrializadas se comprometen a "compartir buenas prácticas en producción energética, incluido la exploración en zonas fronterizas", del mismo modo que apoyan la perforación en las profundidades marinas o la polémica fractura hidráulica, criticada por temor a que contamine acuíferos.
En cuanto a la lucha contra la pobreza, el G8 se compromete a seguir con el compromiso de invertir 22.000 millones de dólares en desarrollo agrícola en África adoptado en la cumbre de 2009 y a "acelerar el flujo de capital privado" para aumentar la productividad del sector primario africano.
La declaración, consensuada tras dos días de encuentros en Camp David, enfatiza la necesidad de transición hacia la paz en Afganistán con cooperación para fortalecer las instituciones y promover el desarrollo económico con "el incremento de ingresos fiscales y mejorar la gestión del gasto".
Los países del G8 se comprometen también a apoyar a los países árabes en sus aspiraciones democráticas y de empleo y reafirman la necesidad de continuar con respaldar a los países de la primavera árabe, tal como se acordó el año pasado en Deauville (Francia).
En cuanto a política exterior, el comunicado incluyó las demandas transmitidas en la cena de líderes de anoche, en la que se pide a Siria que se atenga a los compromisos acordados con el enviado de la ONU, Kofi Annan, para el fin de la violencia contra la oposición.
Los dirigentes del G8 exigen a Irán que cumpla con sus obligaciones sobre su programa nuclear y no proliferación y da la bienvenida a la reapertura de conversaciones para reconducir negociaciones que permitan inspecciones en instalaciones atómicas.
En lo referente a Corea del Norte, el G8 condena el desarrollo de misiles y nuclear del régimen comunista, al poner en peligro la estabilidad de la región.
El G8 modera por último su postura hacia Birmania por las reformas para permitir una transición hacia la democracia, aunque advierte de "la necesidad de asegurar reformas duraderas e irreversibles".