Los países del G8 aprobaron hoy al final de su cumbre de dos días el llamado "partenariado de Deauville" para apoyar el proceso de reformas en los países árabes.
En el documento final de la reunión, los países del G8 afirman que apoyan "firmemente las aspiraciones de la primavera árabe, además de las del pueblo iraní".
"Escuchamos la voz de sus ciudadanos, apoyamos su apuesta por la igualdad y su llamamiento legítimo a favor de sociedades abiertas y democráticas, y una modernización económica integradora".
Los dirigentes del G8 saludan, además, "el papel desempeñado por los jóvenes y las mujeres en esos movimientos de transformación".
En presencia de los primeros ministros de Egipto y Túnez, Esam Sharaf y Beji Caid Essebsi, respectivamente, cuyos países originaron el movimiento, y el presidente de la Liga Árabe, Amro Musa, lanzaron lo que denominan "el partenariado de Deauville".
La asociación comienza con Egipto y Túnez, pero "estamos dispuestos a ampliar este partenariado global y a largo plazo a todos los países de la región que se embarquen en una transición hacia sociedades libres, democráticas y tolerantes".
El partenariado se basa en los dos pilares de apoyo político y apoyo económico.
En lo político, el G8 respaldará "la transición democrática y promover reformas en la gobernanza, sobre todo la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de las instituciones".
En el ámbito económico, prometen ayudar a los países árabes reformistas "modernizando sus economías, apoyando el sector privado, sobre todo las PYME, para fomentar la creación de empleo y desarrollar el capital humano".
Los bancos de desarrollo respaldarán con más de 20.000 millones de dólares (14.140 millones de euros) entre 2011 y 2013 las reformas económicas y democráticas de Egipto y Túnez.
En los 20.000 millones, que aportarán en forma de crédito el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y el Banco Islámico, no está incluida la ayuda ya comprometida por la Comisión Europea y otros donantes como EEUU.
Los países del G8 se han comprometido también, sin concretar cifras, a aumentar "sustancialmente" las ayudas bilaterales.
Los mandatarios también instan a las organizaciones internacionales a trabajar con los partidos políticos y las oposiciones que se están formando.
La educación y la formación será una prioridad, para combatir el analfabetismo y el desempleo y modernizar las economías.
Los ministros de Exteriores y Finanzas se reunirán en los próximos meses para desarrollar el partenariado, comenzando con encuentros de funcionarios de ambas partes que se celebrarán en julio.