El Ejército israelí atacó posiciones de milicias libanesas y del grupo chií Hizbulá en el sur de Líbano, donde también destruyó "infraestructura terrorista", en una nueva jornada de fuego cruzado mientras aumenta la tensión regional derivada de la guerra en Gaza.
"La probabilidad de una guerra en el norte es mayor que antes. Cuando sea necesario, avanzaremos con todas nuestras fuerzas", aseguró en un comunicado, tras visitar un entrenamiento de reservistas en el norte de Israel, el teniente general Herzi Halevi.
Entre los últimos incidentes, "se identificó el lanzamiento de un misil antitanque desde el Líbano hacia la zona de Gladiola" en Israel, tras lo que las tropas israelíes "atacaron el origen del fuego", detalló el ejército.
Además, "aviones de combate israelíes atacaron infraestructura terrorista y complejos militares de Hizbulá en el área de Hula en Líbano", y tanques israelíes "dispararon para eliminar una amenaza" en Ayta ash Shab, en territorio libanés.
El Ejército israelí atacó también "una célula terrorista" en un complejo en la zona de Marwahin, y según otro comunicado, varios objetivos responsables de ataques previos en Rosh HaNikra y el área de las Granjas de Cheba.
Hizbulá, aliado de Hamás e Irán y que apoya al grupo islamista palestino con ataques casi desde el inicio de la guerra en Gaza, se atribuyó el martes seis ataques contra el Estado hebreo, uno de ellos con misiles de alto calibre Burkan.
Mientras, el intenso fuego cruzado entre ambas partes sigue por decimotercera semana, en el que es ya el peor pico de violencia en la zona desde la guerra de 2006 que enfrentó a Israel y Hizbulá.
Las hostilidades en el área, vigentes desde el 8 de octubre, se han saldado con la muerte de al menos 225 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá.
Según datos del Ejército israelí, sus tropas han matado a unos 170 milicianos en el Líbano y atacado en torno a 750 posiciones militares, gran parte de Hizbulá, aunque también de milicias palestinas que actúan en el área.
En Israel han muerto un total de 18 personas en la zona fronteriza, entre ellos 12 soldados y seis civiles, que incluyen a una anciana y su hijo por el impacto de un misil antitanque.