La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) pidió de nuevo una investigación independiente del bombardeo estadounidense de su hospital en la ciudad afgana de Kunduz que costó la vida a 22 personas, a pesar de aceptar la disculpa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
"Aceptamos la disculpa del presidente Obama. Sin embargo, todavía no tenemos una explicación clara del ataque", dijo el director general de MSF, Christopher Stokes, en una rueda de prensa en Kabul.
"MSF demanda una investigación independiente de la Comisión Internacional Humanitaria que establezca los hechos de este suceso y determine qué ocurrió y por qué", indicó Stokes, quien consideró que no es suficiente con una investigación interna de los militares estadounidenses y afganos.
Obama telefoneó ayer a la presidenta de MSF, Joanne Liu, y al mandatario afgano, Mohammad Ashraf Ghan, para "disculparse" por el ataque de EEUU contra el hospital el pasado sábado.
La llamada se produjo el mismo día en que la organización humanitaria pidió una comisión investigadora prevista en las Convenciones de Ginebra, que han ratificado 76 estados.
Stokes afirmó que consideran que fue un "ataque deliberado" ya que el edificio fue bombardeado varias veces durante un periodo de 30 minutos después de que los ejércitos de Estados Unidos y Afganistán y autoridades civiles fueron avisadas de lo que estaba ocurriendo.
"No sabemos cuál era la intención. No fueron daños colaterales", subrayó la portavoz, al señalar que se trató de "una gran violación de las leyes humanitarias internacionales" y un "ataque contra la Convención de Ginebra". MSF insistió en que no había insurgentes talibanes armados en su hospital, acusación que la organización calificó de "infundada".
"Todas las partes tienen acceso al hospital. Había combatientes admitidos en el hospital de ambos bandos. MSF trata a todo el mundo de acuerdo a sus necesidades médicas sin hacer distinciones basadas en la etnia, la religión o las afiliaciones políticas", dijo en la rueda de prensa el representante de la organización humanitaria en Afganistán, Guilhem Molinie.
"Hemos tratado a pacientes del Ejército afgano y a la oposición armada. Los pacientes estaban uno al lado del otro en el hospital", indicó Molinie. Afirmó que su personal ha abandonado Kunduz cuando más faltan hace y que todavía no han recibido una explicación o garantías que les de confianza para volver a la ciudad.
"Estamos comprometidos con la gente de Kunduz y Afganistán y deseamos que las condiciones nos permitan reanudar nuestro trabajo", señaló Molinie. Añadió que 24 miembros de MSF y nueve pacientes están desaparecidos desde que ocurrió el ataque en Kunduz y que los están tratando de localizar. En el momento del ataque se encontraban en el hospital 105 pacientes y 80 miembros de MSF, de los cuales tres eran extranjeros.