Las fuerzas de paz de Naciones Unidas están de luto tras la muerte de al menos quince "cascos azules" en la República Democrática del Congo (RDC), en un ataque que se ha convertido en el peor de su historia reciente.
"Se trata del peor ataque contra las fuerzas de paz de la ONU en la historia reciente de nuestra organización", denunció hoy el secretario general, António Guterres, durante un acto en la sede de Naciones Unidas.
A lo largo de la jornada, el balance de víctimas ha aumentado hasta quince pacificadores muertos y 53 heridos, según indicó el Consejo de Seguridad de la ONU en un comunicado, en el que condenó "en los términos más enérgicos" el ataque.
Tres de los heridos están en estado "muy grave", según el jefe de operaciones de paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, quien no descartó que el saldo de víctimas pueda seguir cambiando y confirmó que al menos otros tres soldados están desaparecidos, así como la muerte de cinco miembros de la Fuerzas Armadas congolesas.
El ataque tuvo lugar en la noche del jueves contra una base de la misión de la ONU en ese país (MONUSCO), en la provincia oriental de Kivu Norte, por parte de un grupo de rebeldes armados del que nadie se ha responsabilizado todavía.
"No podemos confirmar al cien por cien que los responsables hayan sido los rebeldes del Frente Democrático Aliado (ADF), pero ocurrió en una zona de operaciones de ADF donde los últimos ataques han sido atribuidos a ese grupo", dijo Lacroix.
El Frente Democrático Aliado es una de las organizaciones armadas que siguen actuando en la RDC después del desarme del grupo rebelde M23 en noviembre de 2014, y la mayoría de sus ofensivas tiene lugar en esa zona del país.
"Estamos molestando a estos grupos y no nos quieren allí. Así que este ataque probablemente sea una respuesta del ADF a nuestra postura cada vez más firme en la región", añadió Lacroix, quien se desplazará en breve a la zona para rendir homenaje a las víctimas.
Por su parte, Guterres condenó de forma "inequívoca" lo ocurrido y advirtió de que este tipo de "ataques deliberados" contra los "cascos azules" de la organización son "inaceptables" y constituyen un "crimen de guerra" que no puede quedar en la impunidad.
Por todo ello, el diplomático portugués hizo un llamamiento a las autoridades de la RDC para que abran una investigación de lo ocurrido que permita llevar a los responsables ante la justicia lo antes posible.
"Estos últimos ataques vuelven a poner en evidencia la urgencia de ofrecer ayuda a las personas que necesitan nuestro apoyo y de afrontar la volátil situación que está viviendo ese país", añadió el secretario general.
Finalmente, envió sus condolencias a los familiares de las víctimas, de nacionalidad tanzana, y recordó los "enormes sacrificios" que hacen los países que aportan contingentes militares a las misiones de paz de la ONU "al servicio de la paz mundial".
El noreste de la RDC lleva años sumido en un largo conflicto entre numerosos grupos rebeldes con matanzas, a pesar de la presencia del Ejército congoleño y de las fuerzas de la Misión de Naciones Unidas (MONUSCO).
Se calcula que un promedio de más de 5.500 personas abandonan sus hogares cada día en este país, en el que más de 70 grupos armados luchan por el control de los recursos, a lo que se suma la demora en la celebración de elecciones presidenciales.
Según el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC), más de 1,7 millones de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares en lo que va de año debido a la inseguridad, lo que eleva el total de desplazados a 4 millones, más que en Siria o Yemen.