La Comunidad de Madrid va a poner en marcha en los próximos días dos protocolos en los colegios e institutos para la prevención del riesgo de pertenencia a grupos juveniles violentos y sobre el consumo de drogas en los centros educativos de la región.
El vicepresidente y consejero de Educación, Enrique Ossorio, y el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Enrique López, han presentado este lunes ambos protocolos que se pondrán en marcha en unos 2.000 centros docentes sostenidos con centros públicos, donde serán de obligado cumplimiento.
Ossorio ha destacado que la lacra de las bandas juveniles o grupos juveniles violentos no figura habitualmente entre las prioridades de la agenda política y mediática y eso "tiene que cambiar", por lo que, con estos protocolos, los centros educativos trabajarán en tres niveles: la prevención, la detección y la intervención, y dentro de cada uno de ellos habrá una serie de ejes de actuación.
Por su parte, el consejero López ha destacado que los nuevos protocolos persiguen evitar, prevenir y detectar la integración de menores en las bandas, así como su entrada en el mundo de las adicciones, "sean del tipo que sean, pero con un especial énfasis en el consumo de sustancias ilegales".
En cualquier caso, López ha insistido en la necesidad de no generar "alarmas injustificadas" porque Madrid está trabajando en atajar "la base" del problema y ha subrayado que lo que obliga a trabajar sobre este fenómeno no es su "proliferación" sino la "gravedad".
FASES DE LOS PROTOCOLOS
La secuencia básica de los dos protocolos conlleva varias fases: la notificación por parte del centro de hechos que pueden ser indicio del problema; recogida de información y entrevistas con la familia, el alumno, o sus compañeros.
Una reunión para analizar la situación, resolución sobre la apertura de un Plan de Intervención en caso necesario; comunicación a la familia y autorización para derivar al alumno a servicios externos y, por último, envío del expediente a la Dirección de Área Territorial correspondiente y a la Unidad de Convivencia.
Los protocolos incluyen pautas concretas sobre cómo responder ante los casos sospechosos, tanto de pertenencia a bandas como del consumo de drogas, así como una serie de señales de alarma para que a los equipos directivos y a los profesores y maestros les resulte más fácil descubrirlos.
El contenido de los protocolos permitirá abordar de forma individualizada cada caso en el que se sospeche que el alumno puede estar en riesgo y, a la vez, calibrar la magnitud del problema en cada centro.
Los consejeros han destacado el asesoramiento técnico de sus departamentos para articular estos protocolos y dotarlos de la seguridad jurídica necesaria.
Así como el trabajo previo del Gobierno autonómico para lograr esta meta con el papel clave desempeñado por la información específica que se está proporcionando a las Policías Locales a través del Instituto de Formación Integral en Seguridad y Emergencias de la Comunidad de Madrid (IFISE).
López también ha recalcado la próxima puesta en marcha de la Unidad de Asistencia Material y Cinológica, que será útil en la lucha contra las drogas y las bandas juveniles ya que permitirá ceder a los ayuntamientos unidades caninas que puedan servir para la vigilancia preventiva en el entorno de colegios e instituto.
Ossorio y López han coincidido en solicitar al resto de Administraciones, cada una desde sus competencias, que sigan trabajando para que Madrid continúe siendo una de las regiones más seguras de Europa y el mejor espacio de libertad y de convivencia, precisando que los protocolos no solo no generan alarma sino que evitan problemas y refuerzan la convivencia.