Los nombres de los núcleos habitados responden muchas veces a la orografía del lugar (una sierra, un río, un valle). Otras veces hacen mención a un elemento ligado a la actividad humana (un pozo, un molino, unas colmenas, unas chozas).
Otras más son decisiones de autoridad (porque no gusta el nombre o no es apropiado, por agrupación de poblaciones, por imposición o por conveniencia). Y otras veces no se sabe bien por qué o no queda registro de la fundación.
Encontramos en los topónimos madrileños casos curiosos que responden a una o varias de las premisas anteriores. En esta ocasión la cosa va de pozos. Algo muy madrileño teniendo en cuenta el patronazgo de San Isidro, pocero de profesión, y autor del conocido milagro del niño y el pozo.
Pozuelo de Alarcón antes fue Pozuelo de Aravaca y estaba integrado en el Concejo de la Villa de Madrid. Aravaca es ahora parte de la capital ligada al Distrito de Moncloa y Pozuelo es municipio independiente que lleva el 'apellido' de la familia que lo compró en el siglo XVII, los Alarcón.
Otro Pozuelo, Pozuelo del Rey fue Pozuelo de Torres. Las torres podrían ser atalayas árabes existentes en esta zona o porque el lugar estuvo bajo la jurisdicción de la influyente Torres de la Alameda. La falta de agua, descrita en varios documentos históricos, explica la necesidad de excavar pozos en esta localidad.
Pozuelo de la Soga acabo siendo Belmonte de Tajo. En su historia también se le cita como Pozuelo de Belmonte o Velmonte. Con el paso del tiempo perdió la referencia al pozo y la soga y permaneció la de Belmonte acompañada de su enclave próximo al río Tajo. En 1916 quedó definitivamente fijada la referencia a Belmonte de Tajo.
Más pozuelos en Madrid. Esta vez Siete Pozuelos, que se multiplicaron para acabar siendo Ciempozuelos. Siete Pozuelos fue uno de los núcleos fundacionales de esta población de La Sagra que ya contaba con el topónimo Ciempozuelos y que fue el que finalmente nos ha llegado.
También hubo una Pozuela (despoblado de Torrejón de Velasco) que no hay que confundir con Pezuela de las Torres, aunque en ambos casos los nombres hagan referencias a pozos. Las Torres acompañando al nombre de Pezuela fue una decisión del señor del lugar (Conde de Pezuela) allá en el siglo XVII.
Y no se nos olvida uno de los pozos más famosos de Madrid: El Pozo del Tío Raimundo. Lo que empezó siendo un abrevadero de ganado en mitad de campos de labor en la localidad de Vallecas acabó siendo uno de los barrios más populares de la capital tras su anexión, por decreto, en diciembre de 1950.