Hasta 201.748 alumnos de Infantil y 417.411 de Primaria volvieron a clase en Madrid. Y 400 son del colegio público bilingüe Miraflores, en Alcobendas, donde niños y padres acogen un ritual emocionante: el primer día de 'cole' marcado por los reencuentros, las risas y los inevitables bostezos.
En las puertas de este centro se amontonan padres y abuelos nerviosos que han madrugado para arropar a los pequeños en este día, que para algunos es una jornada feliz por volver a ver a sus amigos y para otros, sobre todo los que pisan el centro por primera vez, es un día intenso marcado por las despedidas.
Sergio es uno de los pequeños de tres años que hoy se estrena en el colegio, esperando hasta el último segundo para soltarse del cuello de su madre, quien comenta que los dos están "tremendamente nerviosos" desde anoche y que apenas han podido dormir.
Al lado de ellos, un grupo de familiares que acaba de conocerse comenta los beneficios del periodo de adaptación de los alumnos de Infantil, quienes durante los próximos días pasarán en el colegio entre 30 minutos y dos horas, en pequeños grupos que facilitan que se acostumbren a este cambio.
Pese a todos los intentos, y aunque los padres se esfuercen en resaltar lo bonito de las mochilas nuevas y la suerte que supone hacer amigos, son muchos los pequeños que se mantienen firmes y corren hacia la calle mientras aclaran sus planes, que se resumen en: "Al cole no, a casa".
Algunos de los familiares coinciden en que separarse por unas horas de los pequeños parece más sencillo en el caso de aquellos que ya han pasado por la experiencia de asistir a una guardería. Este es el caso de Marta, que está emocionada porque este año pasa "al cole de mayores".
No obstante, los progenitores no pierden la calma y aseguran que lo importante es no hacer que el primer día sea "traumático", y bromean diciendo que son ellos mismos los que necesitarán más tiempo para acostumbrarse a estar menos horas con los niños.
La situación es bien diferente entre los alumnos de Primaria, los más veteranos y acostumbrados a la rutina de las clases. Para ellos, el primer día de curso es "diferente" y, aunque todos dicen que los "deberes" es lo que menos les gusta, también coinciden en que es una alegría encontrarse con sus compañeros.
Por eso, no son pocos los madrugadores que esta mañana han llegado hasta quince minutos antes de que sonara la campana, sonrientes e inquietos ante el reencuentro con sus antiguos compañeros, como en el caso de Eva, Olivia y Cristina, que se abrazaban en la acera después de tres meses sin verse a diario.
Otros esperan a que el conserje abra la valla del centro para llegar los primeros a la fila, lo que demuestra que "los padres son quienes dan más importancia a esto del primer día del colegio, porque los niños están felices de encontrarse con los amigos", como recalca la jefa de estudios del centro, Beatriz Silvano.
Beatriz, que es madre de un niño de seis años, tranquiliza a las madres "primerizas" en esto de dejar a sus niños en las aulas porque, como su pequeño le ha dicho esta mañana, "el cole es lo mejor, porque se trata de pasar el día con los amigos de siempre, aunque haya que hacer algún esfuerzo".
Esfuerzo especial han debido hacer los alumnos que diariamente llegan al centro a las siete y media de la mañana gracias al servicio "Los primeros del cole", que permite la conciliación laboral, según ha recordado el alcalde de Alcobendas, Ignacio García de Vinuesa, quien les ha visitado en esta jornada.