Mientras los proetarras intentan lavar la imagen de la banda terrorista ETA, este miércoles vimos en la Audiencia Nacional su auténtica cara.
Es la auténtica cara de ETA, la de Txeroki negando legitimidad al tribunal que le juzga por colocar un explosivo junto al edificio de la Bolsa, en Bilbao
La labor de maquillaje de Batasuna, tratando de vender la mercancia averiada del conflicto y la paridad entre víctimas y verdugos, se estrella contra la realidad que representa la ETA real, la de Txeroki.
Durante 10 años, hasta su detención en 2008, Garikoitz Aspiazu fue jefe de los pistoleros de ETA, quien les instruía, armaba y señalaba los objetivos.
Tiene 22 causas abiertas, entre otras por el asesinato del juez Lidón, magistrado de la Audiencia Provincial de Vizcaya en 2001, la "caravana de la muerte" que pretendía una masacre en Madrid o el atentado de la T-4 de Barajas.
Con el comunicado de los presos y la foto de Durango, los proetarras pretenden lavar la imágen de cincuenta años de terror. Fueron desenmascarados por la sencilla pregunta de un periodista, Cake Vinuesa.
Ayer, en la Audiencia Nacional, estaba la auténtica ETA. La de Txeroki. La de Zulueta, manejando a los presos con mano de hierro y sin descartar el volver a coger la pistola.